«En Japón aún no se ha propagado ampliamente, pero me preocupa cómo se desarrollará», dice el gerente de un hotel en Tokio en alusión al nuevo coronavirus originado en China. El 40 % de sus clientes son chinos.
Su preocupación es la de muchos en Japón ante la incertidumbre sobre un virus que se está expandiendo rápidamente en China.
El hotel pregunta a los huéspedes si tienen fiebre o tos durante el check-in y les pide que visiten un hospital si no se sienten bien. Todos sus empleados llevan máscaras.
La industria turística japonesa y los establecimientos comerciales están en alerta total y tomando medidas de prevención tras el segundo caso del virus detectado en Japón, advierte Kyodo.
Un centro de turismo en Asakusa, un destino popular entre los turistas extranjeros, ha publicado un folleto sobre el nuevo coronavirus.
Un mercado de pescado en la prefectura de Yamaguchi, que se llena de multitudes los fines de semana, ha publicado letreros en japonés, inglés, chino y coreano para advertir a sus clientes sobre el virus y pedirles que se laven las manos y hagan gárgaras.
En el Chinatown de Kobe, que alberga eventos para celebrar las vacaciones del Año Nuevo Lunar chino, se han instalado desinfectadores en varios lugares.
Por otro lado, el gobierno de Japón ha reforzado los controles en los aeropuertos. Los funcionarios están solicitando a los pasajeros que arriban al país que reporten si padecen fiebre u otros síntomas.
Los controles también son más estrictos con los cruceros procedentes de China. (International Press)
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