Apenas 864 mil nacimientos ha habido en Japón en 2019 (la cifra más baja en 120 años), según una estimación del gobierno japonés. Considerando el número de muertes (más de 1,3 millones), la población en el país ha sufrido un descenso de 512.000 este año.
En solo un año, Japón ha perdido una población equivalente a la de toda la prefectura de Tottori, advierte Asahi Shimbun, que señala que incluso en un país con una baja tasa de natalidad las cifras son alarmantes.
La raíz del problema, según expertos, es la falta de dinero.
El profesor universitario Ryuichi Kaneko sostiene que la disminución del número de bebés recién nacidos se debe sobre todo a la difícil situación económica de las personas en edad de procrear.
Antes la dificultad de conseguir trabajos regulares a tiempo completo, muchos acceden a arubaitos o empleos por contrato, con salarios más bajos y una débil situación laboral.
Así las cosas, los planes para casarse y formar familiar se aplazan o desaparecen.
Una mujer de 43 años dice que para ella es difícil encontrar un posible esposo porque en su centro de trabajo hay muy pocos hombres que sean trabajadores regulares.
Por su parte, un hombre de 42 años que hace arubaito cuenta que quiere formar una familia, pero que primero debe conseguir un empleo como trabajador regular.
La mayoría de japoneses quiere casarse. Así lo reveló una encuesta en 2015, según la cual más del 40 % dijo que la falta de dinero es el mayor impedimento para casarse.
La profesora Emiko Ochiai menciona la escasez de guarderías y los altos costos de la educación como factores que obstaculizan la formación de familias. Además, señala que el apoyo del gobierno nacional es limitado.
Si bien el gobierno del primer ministro Shinzo Abe se refirió al descenso de la población como una “crisis nacional” y ha tomado medidas para lidiar con él, como mejorar los salarios de los trabajadores no regulares, los frutos aún no se ven.
Ochiai considera que el gobierno japonés ha sido tibio y que, entre otras medidas, debe reforzar la incorporación de las mujeres al mercado laboral y aceptar a más inmigrantes. (International Press)
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