El 3 de julio, un niño de 14 años, estudiante de una escuela en la ciudad de Gifu, se suicidó saltando de un edficio de apartamentos. El menor dejó una nota en la que señalaba que era víctima de ijime.
La junta educativa de Gifu decidió formar un panel de expertos independientes para investigar el caso.
El grupo halló 34 incidentes de bullying durante un periodo de mes y medio, previo a su muerte, informó Mainichi Shimbun.
En una ocasión, los estudiantes que abusaban de él lo obligaron a arrodillarse en el piso, lo abofetearon y le dieron elegir entre tres opciones: pagarles dinero, convertirse en saco de boxeo para que lo golpearan o arrodillarse cada vez que los viera.
Después, le exigieron a la víctima que les entregara mil yenes (9,1 dólares) al mes incluso después de graduarse del colegio.
El panel de expertos criticó a la escuela por su deficiente manejo de la situación.
Los investigadores determinaron que faltó cooperación e intercambio de información entre los profesores sobre la situación del niño, lo cual contribuyó a que los ataques escalaran.
Por último, el grupo exhortó a la junta educativa a disminuir la carga de trabajo de los profesores, pues andan tan ocupados que no prestan la suficiente atención a la situación individual de los estudiantes. (International Press)
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