El 10 de enero, una mujer en la cincuentena solicitó someterse a un examen de detección de cáncer de estómago en el Centro de Salud Pública de la ciudad de Gifu. El 28 de enero recibió los resultados: no se habían encontrado anomalías.
Sin embargo, en abril la mujer acudió a otra institución médica para realizarse una nueva prueba que detectó que padecía cáncer y que había hecho metástasis, llegando al pulmón.
¿El examen realizado en enero en el Centro de Salud Pública de Gifu había sido interpretado de manera errónea? La familia de la paciente acudió al centro médico, que revisó nuevamente el caso y descubrió que había cometido un error en la lectura de los resultados.
Las autoridades de Gifu se disculparon públicamente por la grave negligencia, informó Mainichi Shimbun.
La mujer falleció el martes.
Los funcionarios locales reconocieron que si a la mujer se le hubiera dicho que necesitaba un chequeo detallado, podría haber recibido tratamiento contra la enfermedad en una etapa temprana. Hoy podría estar viva.
El alcalde de Gifu, Masanao Shibahashi, dijo que la ciudad trabajará exhaustivamente para que un incidente como el reseñado no se repita.
Por regla general, antes de enviar las notificaciones a las personas que se someten a pruebas de detección de cáncer, dos trabajadores deben leer y verificar los resultados, pero en el caso mencionado solo uno lo hizo. Y se equivocó.
Después de descubrirse la negligencia, la ciudad revisó las notificaciones enviadas a alrededor de 160.000 personas que se sometieron a exámenes de detección de cáncer en los últimos cinco años.
A cuatro mujeres, sin incluir a la fallecida, se les dijo por error que no había anomalías en sus exámenes cuando se les debió haber informado que necesitaban pruebas más detalladas. Ninguna de ellas muestra actualmente signos de cáncer. (International Press)
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