Las personas de avanzada edad que beben vino tienen capacidades cognitivas significativamente más altas que las que no lo hacen. No es una presunción, sino una certeza, según un estudio realizado por investigadores en Japón.
El estudio involucró a 1.217 personas septuagenarias y octogenarias que residen en las prefectura de Tokio y Hyogo y se realizó en 2016 y 2017, detalla Asahi Shimbun.
El equipo liderado por Mai Kabayama, profesora de la Universidad de Osaka, estudió sus hábitos de beber, entre otras cosas, y evaluó sus funciones cognitivas a través de pruebas de memoria y atención.
Los 67 ancianos que bebían vino tenían capacidades cognitivas considerablemente más altas que las 1.150 restantes que no bebían vino.
Beber vino, según un informe científico, previene eficazmente la disminución de las funciones cognitivas, gracias a los efectos antioxidantes de ciertos ingredientes, entre ellos los polifenoles.
Por otro lado, según uno de los investigadores, es posible que los amantes del vino tengan un mayor interés en la salud y que eso haya influido en los resultados del estudio.
Se necesitan más estudios para demostrar de manera fehaciente que el vino previene la demencia, dice.
Ahora bien, que beber vino sea beneficioso no significa que haya que consumirlo en exceso. El investigador advierte: “El consumo excesivo de alcohol tiene efectos negativos en las capacidades cognitivas, por lo que se recomienda moderación».
Otro dato interesante de la investigación es que no halló diferencias notorias entre bebedores de otros seis tipos de bebidas alcohólicas (cerveza, sake, etc.) y no bebedores con respecto a las capacidades cognitivas.
El vino hace la diferencia.
Cuando la prueba abarcó todas las bebidas alcohólicas (incluyendo el vino) se descubrió que los que bebían alcohol menos de una vez a la semana y los que bebían entre uno y seis días a la semana tenían habilidades cognitivas significativamente más altas que aquellos que no bebían nada. (International Press)
Be the first to comment