Los turistas son una fuente de ingresos, dinamizan la economía del sitio que visitan y son bienvenidos, pero también pueden ser un incordio.
En la ciudad de Kioto, un consejo de residentes ha iniciado una campaña para recordarles a los turistas extranjeros que cuiden sus modales. Los visitantes reciben información en tres idiomas para que sepan cómo comportarse en Japón, revela Mainichi Shimbun.
Los residentes se quejan de que los extranjeros se meten en casas particulares, arrojan comida y colillas de cigarrillos en la calle y toman fotos invasivas de geiko y mako.
La policía y el gobierno local han instalado cámaras de seguridad y reclutado guardias para evitar incidentes. Además, coches de la policía patrullan las calles.
En 2000, el municipio de Kioto anunció su objetivo de recibir 50 millones de visitantes por año. La meta se cumplió en 2008. En 2015, la ciudad recibió un número récord de visitantes: 56,84 millones.
Entre los años 2000 y 2017 se registró un notable aumento en la cantidad de turistas del extranjero: en dicho periodo, el número de extranjeros que se alojaron en hoteles saltó de 400.000 a 3,53 millones.
No está ocurriendo lo mismo con los turistas japoneses que visitan Kioto, cuyo número ha disminuido durante dos años consecutivos debido a la excesiva cantidad de gente que acude a la ciudad, tan llena de visitantes que hasta subir a los autobuses turísticos se hace imposible.
A fines del año pasado, se desarrolló una iniciativa para evitar la congestión de turistas en determinadas zonas. Tomando como referencia el número de teléfonos que accedían a wifi, los visitantes recibían información en línea sobre los lugares de mayor concurrencia de personas a determinadas horas para que los visitaran en otros momentos, cuando hubiera menos gente. (International Press)
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