No solo tiene problemas en Japón. La lujosa boda de Carlos Ghosn con su segunda esposa, Carole Ghosn, celebrada en el Palacio de Versalles en 2016, es materia de investigación en Francia.
Los fiscales franceses abrieron una investigación preliminar sobre cómo Ghosn, entonces presidente de Renault, financió su boda, informó Reuters.
Renault realizó pesquisas internas sobre el asunto y encontró evidencias de que el ejecutivo utilizó recursos de uso corporativo para costear el fastuoso evento.
¿Cómo así?
El socio de Nissan tenía un acuerdo de patrocinio con el Palacio de Versalles.
Antes de la boda, Renault acordó cubrir las renovaciones de Versalles por un monto de 2,3 millones de euros a cambio de un crédito que le permitía beneficiarse de los servicios del castillo por un valor del 25 % de esa cantidad.
La tarifa de alquiler para el uso del espacio en Versalles el 8 de octubre de 2016, cuando Ghosn se casó, fue deducida del crédito de Renault.
Ghosn, a través de su abogado en Francia, ha negado cualquier irregularidad. De acuerdo con su defensor, el espacio para eventos en Versalles se puso a su disposición sin cargo alguno y su cliente no sabía que el uso del lugar para la boda se cargaría a Renault.
El abogado aseguró que el ejecutivo pagó todos los gastos relacionados con la boda. Un evento que, según Reuters, atrajo la atención del público por su opulencia. (International Press)
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