Mia Kurihara, la niña de diez años que murió como consecuencia de los abusos de su padre, sufría de trastorno de estrés postraumático, reveló Asahi Shimbun.
La enfermedad le fue diagnosticada en 2017, cuando se encontraba bajo custodia del centro de consulta infantil de Kashiwa, que decidió apartarlo de su padre después de que ella, en noviembre de ese año, contó en su escuela que era golpeada.
Mia desarrolló el trastorno probablemente como resultado de los abusos de su padre, según un médico.
En el reporte se lee que el centro decidió prohibir que la niña viera a su padre por un cierto periodo debido a la enfermedad.
El centro dejó sin efecto la custodia temporal el 27 de diciembre de 2017, con la condición de que la niña viviera con unos parientes paternos, no con su padre, hasta que el miedo que la niña le tenía “se redujera”.
Cuando Mia vivía con esos parientes, su padre protestó encolerizado contra el personal del centro en febrero de 2018 y llevó una carta, escrita por Mia, en la que esta expresaba su deseo de vivir nuevamente con sus padres y decía que no era verdad que su papá la golpeara.
La niña contó después que su padre la había obligado a escribir la carta. Sin embargo, el centro permitió que el padre recuperara la custodia de la niña
Casi un año después, en enero de este año, Mia fue encontrada muerta en el baño de su vivienda en la prefectura de Chiba. Sus padres fueron arrestados. (International Press)
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