El gobierno de Japón no dio marcha atrás. Desoyendo las protestas de las autoridades y de gran parte de la población de Okinawa, ordenó el inicio de las obras en una zona costera de la ciudad de Nago, donde tiene previsto construir una nueva base militar estadounidense.
Poco antes del mediodía, los trabajadores comenzaron a verter tierra y arena en el sitio donde funcionará la base de Futenma, que actualmente está ubicada en una zona residencial en la ciudad de Ginowan, informó Kyodo.
El gobernador de Okinawa, Denny Tamaki, dijo que no puede evitar sentir un “fuerte resentimiento” hacia el trabajo que se está realizando a pesar del rechazo de la población local.
Un grupo de manifestantes se reunió frente al Campamento Schwab, adyacente al sitio, para exigir la suspensión de las obras.
Kyodo recogió opiniones de dos activistas:
«Hemos sido traicionados por el gobierno (de Japón) con demasiada frecuencia. Estoy harta de eso», dijo Seiko Kaneku (69).
«¿Por qué obligan a las bases a Okinawa? No ignoren la voluntad de la gente», declaró Shoshin Nakama (71).
El gobierno estimó inicialmente que las obras tomarán cinco años. Sin embargo, es posible que demoren más debido a la conflictiva situación.
Tamaki, elegido gobernador en septiembre pasado, tomó la posta de su antecesor Takeshi Onaga en la lucha contra el traslado de la instalación militar.
La batalla es política, pero también legal. En diciembre de 2016, el Tribunal Supremo de Japón falló contra Okinawa, reforzando la posición del gobierno japonés para realizar las obras de recuperación de tierras.
La abigarrada presencia militar estadounidense acarrea muchos problemas para la población local: ruidos, delitos y accidentes. Por ello, muchos okinawenses no quieren que se construya ninguna base en su territorio.
En 1996, los gobiernos de Japón y Estados Unidos acordaron trasladar la base de Futenma de Ginowan a Nago ante la indignación popular por la violación en 1995 de una joven okinawense por parte de tres soldados estadounidenses.
El gobierno japonés, por su parte, sostiene que el traslado de la base de Ginowan a Nago es la “única solución” posible: se retira la instalación militar de una zona densamente poblada para causar menos molestias a la población local, y la alianza de seguridad Japón-EEUU mantiene su poder de disuasión. (International Press)
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