Alrededor de 1.000 nikkei que trabajaban en una planta de la compañía electrónica Sharp en la prefectura de Mie perdieron sus empleos al no permitírseles renovar sus contratos, denunció un sindicato, informó Mainichi Shimbun.
La planta de Sharp fabrica pantallas de cristal líquido para teléfonos inteligentes.
Desde junio, el sindicato ha recibido consultas de unos 35 extranjeros que trabajaron en Sharp a través de una empresa contratista.
La contratista se negó a renovar los contratos de los mil extranjeros que trabajaban en la planta después de que Sharp racionalizó sus operaciones.
Al parecer, solo quedaban 100 trabajadores extranjeros -empleados a través de la contratista- en la planta el miércoles pasado, la última vez que el sindicato tuvo contacto con la empresa.
Según una fuente allegada a la contratista, otros 400 extranjeros renunciaron en octubre después de que sus horas de trabajo se redujeron debido a la decisión de Sharp de racionalizar sus operaciones en la fábrica.
Un funcionario de relaciones públicas de Sharp, consultado por Mainichi, calificó la situación como “lamentable” y dijo que se enteró de lo ocurrido por la prensa. El gigante de la electrónica no tiene detalles del caso, afirmó, debido a que se trata de cosas que pasan bajo el paraguas de la empresa contratista.
Los contratos de los trabajadores se renovaban cada dos meses, según el sindicato, que sostuvo que «es inaceptable que la empresa amenace los derechos y las vidas de los trabajadores extranjeros».
Diversas organizaciones, entre ellas el sindicato, presentaron una queja ante las autoridades laborales de Mie para acusar a la empresa contratista de enviar trabajadores de manera ilegal.
El diario japonés buscó los descargos de la contratista, que aún no ha respondido de manera oficial. (International Press)
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