Durante la semana del 22 al 28 de octubre, se reportaron 170 nuevos casos de rubeola en Japón. Por octava semana consecutiva, el número de infectados superó los cien.
La rubeola se está propagando principalmente en el área metropolitana de Tokio. También se han registrado casos en las prefecturas de Aichi, Osaka y Fukuoka.
En lo que va del año, la cifra total asciende a 1.692, reveló Asahi Shimbun.
El Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas (NIID, por sus siglas en inglés) emitió una alerta dirigida a las mujeres que están tratando de salir encinta, así como a las personas que rodean a las mujeres embarazadas, para que se vacunen.
Si mujeres embarazadas contraen la enfermedad, sus bebés podrían sufrir problemas de salud, como discapacidad auditiva o males cardiacos.
En la epidemia que sufrió Japón entre 2012 y 2013, más de 16.000 personas fueron diagnosticadas con rubeola. Nacieron 45 bebés con problemas de salud por la enfermedad; once de ellos murieron.
Lo sufrió en carne propia la hija de seis de años de Maiko Nishimura, una mujer que reside en Kobe y que contrajo la enfermedad en 2012 cuando estaba embarazada.
La niña sobrevivió, pero ha sufrido retrasos en su desarrollo que se manifiesta, por ejemplo, en su manera de hablar. Por ello, Nishimura instó a la gente a vacunarse.
Un experto advirtió de que la epidemia podría persistir y afectar el mundial de rugby 2019 y los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Tokio 2020 si no se toman medidas preventivas.
Una vez que comienza un brote de rubeola, es probable que la epidemia continúe durante dos o tres años.
La enfermedad se transmite generalmente a través de los estornudos y la tos, y causa fiebre alta, erupción cutánea e inflamación de los ganglios.
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