De lunes a viernes, Ryo Natori iba a un bar en el barrio de Toshima, Tokio, se metía al baño de mujeres e instalaba una cámara. Luego, se dirigía a su trabajo, una empresa de tecnología de la información. Al finalizar su jornada laboral, volvía al bar, se metía nuevamente al baño de mujeres y retiraba la cámara.
El hombre de 42 años mantuvo la rutina durante aproximadamente un año.
Natori armó películas con las imágenes de unas 300 mujeres registradas en el baño y vendía cada una a entre 1.300 (11,5 dólares) y 3.300 yenes (29,3 dólares).
El hombre acumuló ingresos por ventas de alrededor de 27 millones de yenes (240 mil dólares), según Tokyo Reporter.
Natori fue arrestado por la policía de Tokio, que halló en su vivienda una computadora con grabaciones obscenas de más de 1.000 mujeres.
El hombre dijo que utilizaba el dinero para pagar deudas y gastos de manutención.
El delito se descubrió cuando una joven denunció ante la policía que había visto en internet imágenes suyas grabadas dentro del baño.
Aparentemente Natori, según un policía, instaló la cámara en varios baños, pero como el del bar le parecía ideal para no ser pillado, comenzó a utilizarlo de manera regular. (International Press)
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