El 30 de julio pasado, una mujer de 73 años caminaba por una calle en la ciudad de Nagoya. Llevaba dos bolsos y era de noche. De pronto, un chico de 14 o 15 años se acercó por detrás a la anciana, le quitó los bolsos y huyó corriendo.
Justo en ese momento, otro adolescente, que había sido testigo del robo, se acercó a la mujer y le dijo que atraparía al ladrón. Antes de ir tras él, le pidió a la anciana: “Espere aquí”.
La mujer esperó y esperó, pero el chico que le ofreció su ayuda nunca regresó. ¿Será que no logró alcanzar al ladrón? Sin embargo, en ese caso, ¿no habría retornado para decirle que no había podido darle caza al delincuente?
Así las cosas, la anciana denunció el delito ante la policía.
La policía de la prefectura de Aichi comenzó a investigar y descubrió que el chico que ofreció su ayuda también era un ladrón. Esta semana, la policía reveló que el menor había sido arrestado, según el sitio SoraNews24.
En total, tres adolescentes, dos de 15 años y uno de 14, fueron arrestados. Actuaban como una banda. El chico que le arrebató los bolsos a la mujer y el que dijo que lo capturaría eran cómplices. Además, hubo un tercer implicado.
Ahora bien, cualquiera podría preguntarse, si uno de ellos ya le había robado a la víctima, ¿por qué era necesario que actuara un segundo ladrón? Para mantener a la mujer en el lugar y retrasar la denuncia ante la policía, lo que a ellos les daría más tiempo para huir.
Los tres menores se conocieron por Twitter y declararon a la policía que querían dinero para divertirse. (International Press)
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