El hombre de 78 años, apelando a su experiencia, buscó al pequeño en un sitio que ni la policía había explorado y halló con vida al menor.
Desde entonces, Obata es conocido como el “supervoluntario”. Donde haya gente que necesite ayuda (víctimas de desastres naturales, personas desaparecidas, etc.), en cualquier parte de Japón, ahí está el hombre que toma su coche, lo llena de provisiones y conduce a donde lo lleve su altruismo. Todos los gastos salen de su bolsillo.
Obata recibió una distinción de su ciudad, Hiji, ubicada en la prefectura de Oita, por sus acciones y su espíritu de voluntariado, informó Jiji Press.
«Seguiré realizando actividades de voluntariado siempre que mi cuerpo lo permita», dijo el hombre tras ser reconocido por el alcalde de la ciudad.
La amplia gama de actividades de voluntariado que realiza le han granjeado el apelativo de supervoluntario.
Por ejemplo, tras el terremoto y el tsunami que azotaron a la región de Tohoku el 11 de marzo de 2011, Obata viajó a una ciudad de la prefectura de Miyagi para embarcarse en la búsqueda de recuerdos de las víctimas, como álbumes de fotos, enterrados entre los escombros para entregárselos a sus propietarios.
Además, el hombre es amante del montañismo y ha construido senderos que permiten que los escaladores asciendan por pendientes escarpadas. (International Press)
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