En julio de 2016, Kenjiro Tamaru, miembro de un grupo afiliado a la organización yakuza Sumiyoshi-kai, abrió una oficina dentro de un apato en el barrio de Kabukicho, Tokio.
La oficina estaba ubicada a 180 metros de una escuela de primaria.
Una ordenanza del gobierno metropolitano de Tokio prohíbe que una organización yakuza tenga una oficina a una distancia de 200 m o menos de una escuela o guardería.
La policía de Tokio arrestó al hombre de 40 años por infringir la ley, informó Tokyo Reporter.
La policía intervino después de que se confirmó que miembros de Sumiyoshi-kai utilizaban la oficina.
Tamaru negó que usara el espacio como oficina para la mafia. “Es una segunda casa”, dijo. (International Press)
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