Sano, obviamente, fue despedido.
Un alto ejecutivo de la Universidad Médica de Tokio estaría implicado en el caso de corrupción, reveló la NHK.
Este ejecutivo le habría pedido a Sano que interviniera para que su universidad fuera favorecida por un programa de subsidios impulsado por el gobierno de Japón. La Universidad Médica de Tokio fue una de las 60 instituciones educativas elegidas para recibir la ayuda en el pasado año fiscal.
En “retribución”, la universidad infló el puntaje del hijo de Sano en el examen de ingreso que dio en febrero.
La cadena pública nipona ha identificado al ejecutivo como Masahiko Usui, director de la junta directiva de la universidad.
Además de Usui, otras personas de la universidad habrían actuado para favorecer al hijo del funcionario despedido.
Por lo visto, se avecinan más arrestos. (International Press)
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