Satoru Anzaki fue presidente del fabricante japonés de maquinaria Komatsu entre 1995 y 2001.
En noviembre, Anzaki publicó un aviso en un periódico para informar de que tenía un cáncer incurable.
Al mes siguiente, el exejecutivo fue anfitrión de una fiesta de despedida en Tokio a la que asistieron alrededor de mil personas, entre amigos, empleados y exempleados de Komatsu.
Anzaki murió el sábado, según la agencia Kyodo.
El hombre de 81 años atrajo la atención del público con la reunión que convocó para agradecer a todas las personas que formaron parte de su larga vida. El evento fue calificado como un «funeral en vida».
Una de las personas invitadas contó que el anciano se movilizaba en silla de ruedas y departía con los asistentes entre sonrisas y risas. En el evento hubo un número de baile de su natal Tokushima.
Al término de la reunión, el empresario dijo: «Estoy satisfecho de haber podido estrechar la mano de las personas que conocí durante mi vida y agradecerles». (International Press)
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