Hajime Kawauchi (61) y su hijo Yuya (34) fueron arrestados por trata de personas y abuso infantil en Filipinas, informó la agencia Kyodo.
¿Las víctimas? 13 japoneses de 13 a 20 años, a quienes sus padres enviaron a Filipinas supuestamente para que estudiaran inglés y artes marciales con los Kawauchi.
Padre e hijo manejaban un centro de enseñanza de inglés y karate que operaba sin permiso. Además, forzaban a los “estudiantes” a realizar trabajos que no tenían nada que ver con los estudios.
Los padres enviaron a sus hijos (tres mujeres y diez hombres en total) a Filipinas sin sospechar que los Kawauchi eran unos delincuentes. Algunos llevaban 15 meses en el país, mientras que la última de las víctimas llegó hace poco, el 30 de abril.
Al principio, los menores asistían a clases, pero después, poco a poco, dejaban de estudiar para realizar trabajos de excavación o transporte de cemento en una obra de construcción de los Kawauchi en la isla de Samal.
El caso llegó a conocimiento de las autoridades locales cuando el 1 de mayo el personal filipino que trabajaba para los Kawauchi reportó la desaparición de cuatro de las 13 víctimas.
Los cuatro habían huido para buscar ayuda en una oficina consular japonesa. La policía intervino para rescatar a los nueve restantes.
Doce aún permanecen en Filipinas, mientras que otro ya retornó a Japón.
Los Kawauchi están detenidos en la estación policial de la isla. (International Press)
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