En las décadas de 1970 y 1980, Corea del Norte secuestró a 17 japoneses. En 2002, permitió el retorno de cinco de ellos a Japón. Del resto dijo que habían muerto o que nunca habían pisado territorio norcoreano.
Japón, sin embargo, no confía en la versión norcoreana y su primer ministro ha convertido en una tarea prioritaria de su gestión la solución del problema de los secuestrados.
No obstante, en un contacto informal en marzo, Corea del Norte reiteró su posición de que el tema está resuelto, según fuentes a las que tuvo acceso la agencia Kyodo.
La postura norcoreana no fue transmitida a través de la embajada de Japón en China, medio de contacto en anteriores ocasiones, pues Japón y Corea del Norte no tienen relaciones diplomáticas.
El mensaje es percibido como un posible intento de Corea del Norte de sondear la posición de Japón con respecto a su insistencia en la resolución del problema de los secuestros como una condición previa para mejorar las relaciones.
En 2014, Corea del Norte creó un panel para reabrir la investigación sobre el secuestro de los japoneses a cambio de que Japón aligere sus sanciones al país. El acuerdo no rindió ningún fruto y el gobierno nipón retomó su política de sanciones después de que Pyongyang realizó una serie de pruebas nucleares y de misiles. En febrero de 2016, Corea del Norte disolvió el grupo de investigación.
Abe tiene previsto reunirse este mes con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien en mayo se reuniría, por primera vez, con el líder norcoreano Kim Jong-un. El gobernante japonés solicitará ayuda a Trump para que aborde el asunto de los secuestrados con Kim.
Japón busca una cumbre entre Abe y Kim, y así se lo ha hecho saber a Corea del Norte desde febrero a través de varios canales. Las gestiones, al parecer, han resultado infructuosas hasta ahora. (International Press)
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