El peruano Paolo Guerrero, quien ha sido suspendido por la FIFA por un año tras dar positivo por un metabolito de cocaína en un control antidopaje, afirmó que probará su inocencia, pues no consume drogas, y dijo que quiere «jugar ya».
El delantero de la selección peruana, que hasta ahora se perderá el Mundial de Rusia 2018, dijo en una entrevista con el canal de televisión brasileño Globo que se siente «víctima de una injusticia», pues la propia FIFA admitió que el examen no reveló consumo de cocaína.
El positivo se detectó en un control realizado el pasado 5 de octubre en Buenos Aires, tras el partido de clasificación para el Mundial de Rusia 2018 entre Argentina y Perú.
El análisis detectó la presencia del metabolito de la cocaína benzoilecgonina, que está incluida entre los estimulantes que figuran en la lista de sustancias prohibidas la Agencia Mundial Antidopaje (AMA).
Según la defensa de Guerrero, la sustancia pudo estar presente en alguna infusión que tomó el jugador, quien reafirmó esa posibilidad en la entrevista con Globo.
«Tomé un té de anís en Perú porque estaba con una indigestión y en Argentina tomé un té negro con limón y miel porque estaba con gripe. No culpo a nadie, pero la sustancia podía estar en una jarra o en una taza», declaró Guerrero, quien incluso aclaró que en esos días tampoco tomó infusiones de hojas de coca, propias de los Andes.
El delantero peruano insistió en que «jamás» utilizó cocaína ni alguna otra droga y subrayó que en 17 años de carrera profesional ha sido sometido a «miles de controles» antidopaje sin que nunca haya habido siquiera sospechas en su contra.
«Siempre me dediqué, soy profesional», y si «la propia FIFA ya ha descartado un posible consumo de drogas, no pueden decir ahora que soy culpable», declaró.
Guerrero aseguró que está pasando por el momento «más triste» de su carrera, tanto por el daño que ha sufrido su imagen como por la posibilidad, concreta hasta ahora, de quedarse fuera del Mundial de Rusia 2018, que supondrá el regresó de Perú a esa competición tras más de 30 años de ausencia.
También subrayó que por la decisión de la FIFA ya ha perdido la repesca frente a Nueva Zelanda, que calificó a Perú, y la final de la Copa Suramericana, que el Flamengo, su club en Brasil, disputa con el Independiente argentino.
«Estoy suspendido. Ya dejé de jugar partidos (con la selección peruana) que eran los más importantes de mi vida y ahora no estoy en una final de mi club. Es un momento muy complicado», lamentó.
Aún así, dijo estar confiado en que su defensa podrá revertir la suspensión y que en breve estará de vuelta en los entrenamientos del Flamengo, en los que no puede participar debido a la sanción.
«Quiero jugar ya», declaró el peruano, quien insistió en que su esperanza es que la suspensión sea anulada a inicios de 2018.
«Espero poder jugar normalmente con el Flamengo a principios de año. Jugar el Mundial ahora pasó a segundo plano», porque lo primero «es volver a jugar con el Flamengo», subrayó. EFE
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