Un koko de la ciudad de Ashikaga, prefectura de Tochigi, prohíbe a los estudiantes que juegan en el equipo de vóley que salgan con chicas que forman parte del programa de dicho deporte para evitar celos o rencillas que pongan en riesgo la estabilidad del grupo.
Sin embargo, los seres humanos no pueden controlar sus sentimientos como si fueran máquinas, y un estudiante de segundo año comenzó a salir con una alumna de primer año, ambos del programa de vóley de la escuela.
La pareja fue descubierta y, como era previsible, hubo consecuencias. ¿Una amonestación verbal? ¿Una suspensión? No, el chico fue castigado brutalmente.
El sitio SoraNews24 revela que el estudiante de 17 años fue obligado a arrodillarse en el suelo mientras su entrenador, un hombre de 66 años, lo reprendía y pateaba en el pecho varias veces. Cuando el chico cayó lo golpeó en la espalda.
Eso no fue todo. Después, el adolescente fue agredido varias veces por sus compañeros de equipo, tanto donde vivía como en el gimnasio de la escuela.
Lo increíble es que el entrenador no fue despedido por abusar del menor y continuará trabajando hasta cumplir su contrato al final del año escolar. La escuela se limitó a lamentar su conducta y decidió no renovarle el contrato.
El director del koko, Shigekazu Matsushita, dijo, al hacer público los hechos, que la escuela no reconoce como ijime las agresiones a la víctima por parte de sus compañeros de equipo. (International Press)
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