El luchador de sumo mongol Harumafuji, considerado uno de los mejores combatientes de este deporte, anunció hoy que pone fin a su carrera, tras reconocer que atacó a un luchador de menor rango estando bajo los efectos del alcohol.
El yokozuna habló ante los medios locales acompañado de su maestro, Isegahama, ambos con lágrimas en los ojos, y profundamente «arrepentidos» de los actos del mongol.
«Me arrepiento mucho de la agresión y quiero tomar responsabilidad de mis actos y por eso he decidido retirarme. Quiero pedir perdón por causar problemas a toda la gente que me ha apoyado», afirmó Harumafuji.
El incidente, que salió a la luz a mediados de noviembre, se ha convertido en todo un escándalo mediático en Japón, poniendo en jaque la reputación de este antiguo deporte, donde los luchadores son verdaderos ídolos de los que se espera una conducta ejemplar, y que ya se vio salpicado con anterioridad por casos de corrupción, violencia y drogas.
El luchador de 33 años admitió que había atacado a su compatriota Takanoiwa, de 27, golpeándole con los puños y con el control remoto de un karaoke en un establecimiento de Tottori (este de Japón) a finales de octubre.
El golpe, que causó una contusión y una fractura craneal a Takanoiwa, le obligó a permanecer en el hospital durante cuatro días y a no participar en el Gran Torneo de Sumo de Kyushu, que finalizó el pasado domingo.
Según testigos que se encontraban en el bar durante el ataque, Harumafuji habría golpeado a Takanoiwa por no prestar atención y usar su teléfono móvil mientras que el también yokozuna Hakuho le llamaba la atención sobre su comportamiento.
«Como yokozuna, creo que debo actuar para corregir cuando otro luchador de menor ránking actúa mal, pero lo que hice no se debe hacer jamás», dijo el combatiente.
Harumafuji habría pedido a su maestro retirarse en cuanto la noticia se dio a conocer en los medios de comunicación a mediados de mes, pero no lo hizo porque «no quería apartar el interés del torneo que se estaba llevando a cabo en ese momento».
Isegahama afirmó que el yokozuna nunca se había mostrado violento con anterioridad por beber y que es un «luchador especial», ya que se ha ofrecido a realizar trabajos comunitarios para pagar su deuda, lo que no le eximirá de responder ante la justicia.
La policía interrogó de forma voluntaria a Harumafuji y a otros testigos y remitirá al luchador a los fiscales a finales de año, bajo sospecha de agresión, según revelaron fuentes de la investigación.
Harumafuji debutó en 2001 y desde entonces ha ganado nueve campeonatos, y en 2012 fue reconocido como yokozuna, convirtiéndose en el quinto combatiente no japonés en lograr este estatus.
En el sumo se entremezclan competición con ritos tradicionales y religiosos sintoístas, de los cuales los luchadores son vistos como guardianes, por lo que se les exige una férrea disciplina y un código de conducta ejemplar tanto dentro como fuera del «dohyo» (ring). (EFE)
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