Asesino en Japón se aprovechaba de la soledad de mujeres con pensamientos suicidas

Takahiro Shiraishi, el hombre que asesinó a nueve personas y cuyos restos guardó en su apato en Kanagawa, se aprovechaba de la soledad de las mujeres con pensamientos suicidas, según Mainichi Shimbun, que entrevistó a una mujer que tuvo contacto frecuente con Shiraishi.

La mujer de 21 años se sentía muy sola. Cuando era menor no podía acostumbrarse a la escuela y casi no tenía amigos. En su casa no encontraba el ambiente propicio para compartir sus sentimientos y el único lugar en el que podía compatirlos, y por ejemplo comentar su deseo de morir, era en internet.

En Twitter se sentía cómoda. «Cuando escribí que quería morir, recibí muchas respuestas como ‘por favor, hagámoslo juntos’, y también había muchas personas que respondían ‘por favor, no mueras», dijo.

Cuando escribió que estaba buscando a alguien para morir juntos, Shiraishi (el usuario “Quiero morir”) le respondió ofreciéndose para cumplir su deseo.

Desde entonces, el asesino y la mujer se comunicaban casi a diario a través de la aplicación KakaoTalk. Hablaban por teléfono al menos una vez cada dos días, a veces durante tres horas.

La joven contó que Shiraishi parecía una persona amable y que sabía escuchar.

Shiraishi le confió cosas personales (por ejemplo, que había sido víctima de ijime en la secundaria o que tenía problemas para llegar a fin de mes después de haber renunciado a un trabajo en un club nocturno), aunque ella no sabe si lo que le contó fue verdad. También le hablaba sobre su deseo de suicidarse.

La mujer nunca se encontró personalmente con Shiraishi, pero este llegó a enviarle una foto, así que cuando vio las noticias descubrió que era el asesino.

Después de enterarse de todo lo que ahora se sabe del asesino, que nunca tuvo intención de suicidarse y que se acercaba a las mujeres con tendencias suicidas para invitarlas a su apato y asesinarlas, la joven dijo que tiene la sensación de haber sido engañada.

Sin embargo, dijo también: «Las conversaciones que tuvimos en las que él escuchaba mis problemas se convirtieron en una razón para seguir viviendo». (International Press)