Turco discriminado por ser extranjero gana batalla legal en Japón

Foto: justiceforaafia.org

 

En octubre del año pasado, el turco Ibrahim Yener solicitó a una compañía automotriz de Osaka información en línea sobre un automóvil de segunda mano que pensaba comprar.


La respuesta que recibió de la empresa fue inaceptable: «Nosotros solo atendemos a personas con nacionalidad japonesa, no atendemos solicitudes de información de extranjeros».

Yener, que tiene 40 años y reside en Osaka, no se quedó de brazos cruzados y decidió hacer lo que todos deberían hacer cuando sus derechos son vulnerados: pelear por ellos.

Indignado por la discriminación, el ciudadano turco demandó a la compañía.


En entrevista concedida a Asahi Shimbun, Yener dice que estaba tan convencido de la justicia de su causa que decidió batallar contra la empresa discriminadora solo, sin un abogado que lo represente.

Yener aprendió por internet a redactar una demanda para presentarla en un tribunal en Japón, tarea para la que contó con ayuda de amigos.

En marzo, acudió al Tribunal de Distrito de Osaka para exigir una compensación de un millón de yenes (alrededor de 9.100 dólares) por daños y perjuicios.


A fines del mes pasado, el tribunal le dio la razón.

La corte ordenó a la compañía pagar 200.000 yenes (1.820 dólares) a Yener por discriminarlo por el único motivo de ser extranjero.


Preparar los documentos requirió un esfuerzo enorme. Además, el turco tuvo que faltar al trabajo para poder testificar ante el tribunal.

Sin embargo, seguro como estaba de su causa, sintiendo que estaba en una misión, se preparó para luchar hasta el final.

Uno de los compañeros de trabajo que lo ayudaron dice que la demanda fue más que una batalla personal, pues puso sobre la mesa un importante asunto para todo aquel que vive en Japón.

Yener siente que ha contribuido a hacer del mundo un sitio un poco mejor.

“Nuestro mundo definitivamente se está convirtiendo en un lugar mejor en comparación con cien años atrás. Podemos disfrutar del mundo de hoy porque la gente en la época anterior se armó de valor y desafió (lo que era inadmisible). Yo también he luchado por la gente que vivirá en esta sociedad dentro de cien años”, declara.

¿Y qué alega la parte demandada? En vez de mostrar propósito de enmienda, dice que apelará porque el monto establecido como reparación es muy alto.

El presidente de la empresa ni siquiera admite su falta. Por el contrario, intenta justificarse asegurando que no atienden a personas que “tienen dificultad para entender japonés”.

La victoria en el tribunal de Osaka fue un justo triunfo para un hombre que admira la cultura japonesa desde que vio el clásico del cine japonés, “Los siete samuráis”, de Akira Kurosawa.

Su fascinación por la cultura nipona lo llevó a aterrizar en Japón en 2003.

Yener no perdió el tiempo y comenzó a estudiar japonés después de llegar al país. En todo el tiempo que lleva en Japón ha trabajado en diversos lugares, entre ellos una compañía de tecnología de la información.

El turco cuenta que a veces le duele escuchar a japoneses que ridiculizan a los ciudadanos extranjeros que no saben leer kanji. Hay momentos en que siente que no recibe un trato igualitario. La discriminación lo entristece considerando cuánto admira a Japón. (International Press)

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