La policía arrestó a la exdirectora de una guardería en la ciudad de Morioka, prefectura de Iwate, por provocar la muerte de una niña de un año tras darle sal.
La mujer se llama Naoko Yoshida (33) y dirigía una guardería que funcionaba sin autorización.
Yoshida admitió haber dado a la niña un líquido mezclado con sal. Sin embargo, dijo que no sabía que podía ser perjudicial para la pequeña o causar su muerte.
Los médicos sostienen que incluso una cucharadita de sal puede ser mortal si es ingerido por un niño de esa edad, según Asahi Shimbun.
“El peligro aumenta si la sal se ingiere después de haber sido disuelta en agua, ya que puede ser absorbida directamente por el intestino delgado”, dijo un experto consultado por el diario nipón.
Por su parte, los padres de la pequeña dijeron: «Nuestra hija no volverá a nosotros. Nuestro sincero deseo es que la verdad se revele de manera que una tragedia así nunca ocurra de nuevo».
La niña, Ako Shitasaka, murió en 2015.
Ako estuvo bajo el cuidado de la guardería entre las 10:30 a. m. del 17 de agosto y las 12:05 a. m. del día siguiente. Solo la directora y la niña estuvieron en el hoikuen entre esas horas.
El padre de Ako fue a recoger a su hija justo después de la medianoche. La niña comenzó a vomitar y su estado empeoró rápidamente, y el hombre la llevó a un hospital, donde murió horas después.
La guardería abrió en julio de 2015 y cerró al mes siguiente tras la muerte de Ako. (International Press)
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