Masanori Takanashi, empleado de un restaurante en la prefectura de Aichi, dejó un smartphone con una aplicación de monitoreo remoto en el apato de una chica de 20 años, estudiante universitaria y compañera de trabajo.
A través de la aplicación, entre el 2 y el 6 de mayo Takanashi grabó videos de la estudiante en ropa interior y otras situaciones de intimidad. Luego, las imágenes fueron enviadas automáticamente a su propio smartphone.
El hombre de 42 años fue descubierto y la policía lo arrestó por acoso y grabación electrónica no autorizada, informó Mainichi Shimbun.
Interrogado por la policía, el sujeto dijo que le gustaba mucho la chica y que debido a su timidez no tenía valor para hablar con ella. Takanashi declaró que su intención era conocer el estilo de vida de la estudiante.
Este caso, según la policía, sería el primero en Japón de un acoso a la distancia a través de una aplicación de teléfono. (International Press)
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