Hace poco más de un año, Kenneth Shinzato, exsoldado y empleado de la base militar de Kadena, asesinó a una joven okinawense de 20 años.
El padre de la víctima pidió a través de un comunicado público el retiro de las bases estadounidenses de Okinawa, informó Mainichi Shimbun.
Con respecto a los crímenes que ha cometido personal militar estadounidense, dijo que ocurre debido a que Okinawa alberga bases militares de Estados Unidos. “Quiero que saquen las bases sin más demora, que es el deseo de muchos okinawenses también».
El hombre, cuya identidad no se ha revelado, dijo que todos los días ora por el descanso del alma de su hija. “Lo que queremos decirle a nuestra hija es que lo sentimos por el dolor y el sufrimiento que tuvo que pasar, pero que queremos que descanse en paz ahora».
«El dolor de perder a nuestra hija nunca va a desaparecer, pero nuestros corazones siempre estarán con ella y vamos a seguir orando por el descanso de su alma».
El hombre agradeció la muestas de aprecio que recibe de la gente. “Encontramos consuelo en el calor de todo el mundo».
Con respecto al asesino, dijo que nunca podrá perdonarlo y que desea que lo condenen a muerte.
A pesar del tiempo transcurrido, aún hay gente que visita el sitio donde fue hallado el cuerpo de la víctima. El juicio a Shinzato aún no se ha iniciado. (International Press)
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