En abril del año pasado, el estadounidense Kenneth Franklin Shinzato violó y asesinó a una okinawense de 20 años.
El criminal, según el medio estadounidense Stars and Stripes, no tenía miedo de ser atrapado debido a la “cultura de la vergüenza” que existe en Japón. A su juicio, los escasos reportes de ataques sexuales en el país asiático se deben al estigma social y cultural, a la vergüenza de denunciar una violación.
Por eso, el hombre creyó que su crimen quedaría impune.
Shinzato, a través de sus abogados, dijo que había planeado golpear a la chica para que perdiera la conciencia, meterla en una maleta, llevarla a un hotel y violarla.
El hombre, según la policía, abordó a la víctima mientras esta caminaba a modo de ejercicio.
El extrabajador de la base de Kadena “culpó” a la víctima del crimen “por haber estado allí en ese momento”.
El criminal, de acuerdo con las declaraciones de su abogado a Asahi Shimbun, no tiene ningún remordimiento.
Su defensa busca que sea evaluado psiquiátricamente antes de que su juicio comience alrededor de junio. (International Press)
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