Andrés Sánchez Braun /
El secretario de Defensa de EEUU, James Mattis, dijo que Washington responderá de manera «abrumadora» a cualquier ataque de Corea del Norte sobre su país o sus aliados, en lo que supone un primer mensaje directo de la Administración Trump al régimen de Pyongyang.
Las palabras de Mattis, de visita en Corea del Sur y Japón, también despejaron dudas sobre el nivel de compromiso que la primera potencia mundial quiere mantener durante los próximos cuatro años con sus dos principales socios militares en Asia nororiental.
«Cualquier ataque sobre Estados Unidos o sobre nuestros aliados será contrarrestado, y cualquier uso de armas nucleares dará lugar a una respuesta efectiva y abrumadora», afirmó Mattis en una rueda de prensa en Seúl tras su encuentro con el ministro surcoreano de Defensa, Han Min-koo.
El régimen que lidera Kim Jong-un «continúa lanzando misiles, desarrollando su programa de armas nucleares y con una retórica y un comportamiento amenazantes», afirmó el secretario de Defensa en la capital surcoreana.
Durante el encuentro con Han, Mattis aprovechó para reafirmar también la decisión de desplegar este año el escudo antimisiles THAAD (Sistema de Defensa Terminal de Área a Gran Altitud), que será instalado en territorio surcoreano con el objetivo de interceptar proyectiles lanzados por Corea del Norte.
De momento, Washington responde así al reciente anuncio de Kim Jong-un, que amenazó con probar próximamente un misil balístico intercontinental (ICBM) para acelerar el desarrollo de armas atómicas capaces de alcanzar territorio continental de EEUU.
Hasta ahora los indicios sobre cómo abordará de aquí en adelante la Casa Blanca los desafíos que plantea la península coreana habían sido muy escasos y Trump se ha limitado a decir en uno de su embarullados mensajes en Twitter que el desarrollo exitoso de armas nucleares por parte de Pyongyang «¡No sucederá!».
No obstante, los analistas creen que las declaraciones de Mattis no bastan para desvelar si Washington optará para lidiar con Pyongyang por el aislacionismo de la era Bush, la paciencia estratégica de la Administración Obama (dos opciones infructuosas en lo que a detener avances armamentísticos de Pyongyang se refiere) o una tercera vía.
En todo caso, el viaje de Mattis ha sido el primero que realiza al extranjero un miembro del Gabinete Trump, y de por sí ya supone un claro gesto de la nueva Administración de cara a la importancia estratégica de la región.
En esa línea, el jefe del Pentágono quiso despejar dudas sobre el nivel de compromiso de EEUU con Japón y Corea del Sur en materia de alianzas defensivas.
«Quiero que no haya ningún malentendido durante la transición en Washington con respecto a que estamos firmemente, al 100 %, hombro a hombro con usted y el pueblo japonés», dijo Mattis durante su encuentro con el primer ministro nipón, Shinzo Abe, en la capital nipona.
Los mensajes enunciados por el secretario de Defensa en Seúl y Tokio suavizan así las insinuaciones previas de Trump, que durante su campaña amenazó con retirar las tropas estadounidenses de Japón y Corea del Sur si ambos países no aumentaban su aportación económica para mantener los contingentes.
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