El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, le ha metido varios “palos” a Japón desde que asumió el cargo. Ha dicho, por ejemplo, que Japón incurre en prácticas comerciales injustas que hacen imposible que los fabricantes estadounidenses puedan vender sus coches en el país asiático.
También ha dicho que Japón “juega” en los mercados para devaluar el yen.
El gobierno japonés ha refutado ambas críticas. Ahora bien, si Trump pensara un poquito más se daría cuenta de cuánto Japón podría ayudarlo a conseguir sus objetivos.
El diario Nikkei expone cinco razones que convierten a Japón en un aliado importantísimo:
1. Japón puede presentarse como un aliado modelo que no “gorrea”, sino que comparte la carga de mantener la paz en el Pacífico. Japón apoya el mantenimiento de las fuerzas estadounidenses en la región, haciendo que su despliegue en Okinawa sea, por ejemplo, más barato de lo que sería en California.
El gobierno nipón está aumentando su presupuesto de defensa y desarrollando sofisticadas capacidades militares no solo para defenderse, sino también para contribuir a la protección de Estados Unidos de, por ejemplo, la amenaza nuclear de Corea del Norte contra territorio estadounidense.
Además, Japón está expandiendo sus lazos militares con socios de EEUU, como India, países del sudeste asiático y la OTAN, y respalda la política global de los estadounidenses, lo que incluye el apoyo a misiones en Medio Oriente y Afganistán.
2. Una alianza con Japón más fuerte puede ayudar a que Estados Unidos vuelva a ser «grande», el gran objetivo de Trump. China y Rusia tienen pocos aliados, a diferencia de EEUU, que tiene una red de alianzas que abarca a todo el mundo.
Japón puede facilitar a Trump el logro de sus objetivos en Asia, como contener el avance chino en la región.
3. Japón no es una amenaza comercial, sino un socio económico fundamental. Japón es uno de los principales inversionistas extranjeros en Estados Unidos. Tres de cada cuatro vehículos japoneses vendidos en Estados Unidos, casi 4 millones anuales, se construyen en Norteamérica.
Las compañías de automóviles japonesas emplean a miles de estadounidenses en los tipos de trabajos manufactureros bien pagados que Trump quiere proteger.
4. Japón puede ser importante para la revolución energética que Trump busca para impulsar el crecimiento económico de su país. La producción de energía de América del Norte excederá la capacidad del mercado estadounidense, motivo por el cual para impulsar la producción nacional es clave exportar a mercados de ultramar. Ahí entra a tallar Japón.
Los primeros envíos estadounidenses de gas natural licuado llegaron a Japón a principios de año. Japón, que depende de fuentes de energía importadas asociadas al riesgo en Medio Oriente, se beneficiaría mucho de la estabilidad de la oferta y la relativa falta de riesgo político asociado con las exportaciones de energía estadounidenses. Un escenario de win-win para Tokio y Washington.
5. Japón será fundamental para la participación económica de Estados Unidos en Asia tras el retiro del Acuerdo de Asociación Transpacífico. Trump se ha centrado en promover las exportaciones de la industria pesada de su país. Sin embargo, en realidad más del 80 % de la producción económica estadounidense está más en servicios y otras formas de «software» que en el tipo de «hardware» que China y otras economías menos desarrolladas producen. (International Press)
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