7 mujeres camboyanas arribaron a Japón en abril pasado con la promesa de que ganarían altos salarios en un restaurante en Gunma. El dueño del establecimiento se encargo de las visas y los pasajes.
Sin embargo, en Japón las mujeres se encontraron con otra realidad: no recibían dinero y eran forzadas a realizar trabajos sexuales, reveló el medio Cambodia Daily.
La pesadilla de las mujeres terminó cuando una de ellas logró comunicarse con la embajada de su país en Japón a través de Facebook en la primera quincena del mes pasado.
La embajada camboyana se contactó con las autoridades de Gunma, que rescataron a las víctimas.
Seis de ellas permanecen en la embajada en Tokio, donde son atendidas y están a salvo, a la espera de ser repatriadas, mientras que la otra mujer retornó a su país el mes pasado tras recibir tratamiento médico.
Ahí, naturalmente, no termina el asunto. La embajada ha presentado una denuncia ante las autoridades japonesas para que abran una investigación penal sobre el caso y se indemnice a las mujeres.
La Organización Internacional para las Migraciones pagará los pasajes de las víctimas y las apoyará para que se reinserten en su país. (International Press)
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