Toyota afirmó que la construcción de una nueva planta de montaje de vehículos en México no impactará la producción o empleo de sus instalaciones en Estados Unidos, después de que el presidente electo, Donald Trump, amenazara con aranceles aduaneros si mantiene sus planes.
Toyota afirmó en un comunicado que «los volúmenes de producción o el empleo en Estados Unidos no se reducirán» debido al establecimiento de su nueva planta «de Guanajuato, México, anunciada en abril de 2015».
«Con más de 21.900 millones de dólares en inversiones directas en EE.UU., 10 instalaciones de producción, 1.500 concesionarios y 136.000 empleados, Toyota espera colaborar con la Administración Trump para servir los mejores intereses de los consumidores y el sector del automóvil», añadió el fabricante.
Toyota también señaló que en 2015 exportó a 40 países de todo el mundo más de 160.000 vehículos producidos en Estados Unidos.
La divulgación del comunicado de Toyota tiene lugar poco después de que el presidente electo, Donald Trump, amenazara a Toyota con la imposición de aranceles si el fabricante japonés construye una nueva planta de montaje de vehículos en México.
«Toyota Motor dice que construirá una nueva planta en Baja, México, para producir automóviles Corolla para los EE.UU. ¡DE NINGUNA MANERA! Construya la planta en EE.UU. o pague un gran arancel aduanero», escribió Trump en su cuenta de Twitter.
El tuit de Trump confunde la planta que Toyota tiene en Baja California, en la que produce la camioneta Tacoma, con la nueva planta de montaje que empezó a construir en noviembre pasado en Guanajuato.
La planta de Guanajuato debería producir a partir de 2019 hasta 200.000 unidades al año del modelo Corolla, el segundo de más ventas en Estados Unidos en el segmento de berlinas compactas, y que actualmente se produce en plantas de Misisipi (EE.UU.) y Cambridge (Canadá).
Toyota, como Ford y otros fabricantes, ha planificado la producción de vehículos pequeños y baratos, como el Corolla, en México para poder mantener su rentabilidad, ya que el margen en estos modelos es menor que el de automóviles más caros.
Al mismo tiempo, los fabricantes quieren destinar sus plantas en Estados Unidos y Canadá para producir modelos más avanzados y que ofrecen una mayor rentabilidad por unidad vendida.
Trump amenazó el martes a General Motors (GM) con aranceles si mantiene la producción en México del compacto Chevrolet Cruze Hatch que luego es exportado en pequeñas cantidades a Estados Unidos.
Los ataques de Trump contra GM y Toyota se producen después de que Ford claudicara a las presiones del presidente electo y anunciase el martes la cancelación de una inversión de 1.600 millones de dólares en México.
Ford tenía previsto construir una nueva planta de montaje en San Luis de Potosí para producir otro vehículo compacto, la nueva generación del Ford Focus.
Pero el presidente de la compañía, Mark Fields, dijo que no construirán la planta como «voto de confianza» a las políticas proteccionistas de Trump y después de que el presidente electo declarara que impondría un arancel del 35 % a los productos de Ford fabricados en México.
Aunque Ford ha cancelado la inversión, el fabricante dijo que mantendrá la producción del Focus en México para garantizar la rentabilidad del vehículo. (EFE)
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