Cuando Zico capitaneó el debut del Kashima Antlers en la Liga Profesional Japonesa hace 26 años quizá no pudo imaginar escenario mejor. Con su imagen desplegándose sobre una bandera gigante a lo largo de la tribuna popular para que su equipo emulara su espíritu en una final de clubes del mundo y nada menos que ante el Real Madrid.
Kashima comenzó luchando e imponiendo ritmo intenso. Se trataba de presionar en el centro del campo y evitar las sociedades de Cristiano Ronaldo, Modric y Lucas Vázquez.
Al menos así funcionó hasta los 8′ cuando Modric quedó a unos 25m del arco y libre de marca para rematar. El rechazo del golero Sogahata lo encontró Karim Benzema que empujó la pelota sin complicaciones.
Había sido el primer disparo directo sobre el meta japonés y era gol. Se esperaba que vinieran más y los españoles vapulearan a los herederos del gran Zico, pero nada de ello ocurrió.
Sobre los 20′ habían ocurrido dos cosas importantes. Los de Zidane habían cuajado en su juego con un Cristiano Ronaldo recostado por izquierda buscando a Marcelo e intentando abrir el campo para dejarle huecos a Benzema.
Por su lado, Kashima no quería ser el mismo cuadro que dejó muchas cosas al azar cuando jugó contra Club América. Le perdió el miedo al monstruo blanco y siguió pródigo en la marca y decidido en las oportunidades que tuvieron para llegar sobre el arco rival.
SHIBASAKI PONE EL MUNDO AL REVÉS
A los 30′ los japoneses podían ufanarse que jugaban a ritmo de primer nivel y respetando la esencia de la escuela que Zico formara desde principio de los años 90. Ni una pelota rifada ni rechazo desesperado. Kashima salió jugando siempre con un Gen Shoji agigantado en el centro de la defensa y el experimentado lateral izquierdo, Shuto Yamamoto, ejerciendo una marca impecable sobre Lucas Vázquez.
A los 43′ minutos el júbilo estalló en el estadio y en el país entero. Lo no esperado antes del partido ocurría y los japoneses recogían un merecido premio a lo mostrado hasta ese momento. El gol de empate de los pies de Gaku Shibasaki tras un centro de Doi Shoma, hasta ese momento el conductor del equipo.
En el segundo tiempo, Real Madrid salíó con furia, pero Kashima también. A los 49′ los japoneses pusieron el mundo al revés y Shibasaki se encumbró en una jugada individual brillante ante la marca de Verane y Casemiro para lanzar un zurdazo que venció a Navas y puso el marcador 2 a 1.
EL MADRID SE PONE EL OVEROL
Los madridistas tuvieron que ponerse el overol para trabajar como suelen hacerlo en la Liga Española. Si querían ser campeones esta noche debían correr porque frente a ellos tenían a un cuadro que le estaba quitando de las manos la copa del mundo.
Parecidos a la Liga en lo bueno y en lo malo, tanto que el árbitro africano, como ocurre con otros jueces españoles, hizo la vista gorda para un merecida tarjeta roja para Sergio Ramos por una fuerte entrada sobre el japonés Mu Kanazaki.
A los 58′ la presión española dio sus primeros frutos y el árbitro señalaba penal sobre Lucas Vásquez sin dudarlo. Cristiano Ronaldo se encargó de anotar y sin celebrarlo a su estilo. Por el contrario, el portugués corrió hasta el fondo de las redes para sacar el balón y llevarlo hasta el centro del campo. La guerra recién estaba declarada.
A los 67′ ingresó al brasileño Fabricio por Ogasawara. Al Kashima le tocaba aplicarse más en las líneas para soportar a un Madrid tocado en su orgullo.
Zidane decidió dar un vuelco total al juego lanzando al campo a Isco en reemplazo de Lucas Vázquez. El cuadro español se entusiasmó, pero como ocurrió en varios pasajes del lance, los japoneses supieron responder.
CRISTIANO LIQUIDA EL JUEGO
Los últimos 5′ de juego del tiempo reglamentario el Kashima estuvo más cerca de anotar el tercer gol que el propio Madrid que acabó acorralado viendo cómo los herederos de Zico eran quienes hacían del fútbol una delicia.
El partido fue al alargue y Cristiano Ronaldo pudo sacarle lustre, por fin, a su Balón de Oro, anotando a los 96′ el 3-2 al aprovechar un pase de Benzema. Ocho minutos después el portugués volvió a dar otro zarpazo al tomar un rebote tras un disparo de Kroos.
El 4-2 volvió a componer las cosas, Madrid era el Madrid, pero en definitiva nada podrá volver a ser igual en la historia del fútbol japonés que por unos minutos olió a campeón del mundo. (International Press)
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