La presidenta de Corea del Sur, Park Geun-hye, acosada y debilitada por las crecientes peticiones de dimisión en torno al caso de la «Rasputina coreana», puso hoy su cargo a disposición de la Asamblea Nacional (Parlamento).
«Voy a delegar en la Asamblea Nacional la posibilidad de acortar mi mandato», expresó la presidenta, en su tercer discurso público desde que comenzara a destaparse hace más de un mes el mayor escándalo político de los últimos años en el país asiático.
La jefa de Estado se comprometió también a «colaborar con la investigación» del caso y «después dimitir» si es necesario. (EFE)
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