Miriam Burgués / EFE
La muerte de Fidel Castro generó hoy reacciones totalmente opuestas en EE.UU., donde el presidente electo, Donald Trump, fustigó al «brutal dictador» al prometer hacer «todo lo posible» por la «libertad» del pueblo cubano y el actual mandatario, Barack Obama, dejó para la historia juzgar su «impacto».
La muerte del líder cubano, quien falleció el viernes por la noche a los 90 años, se produce a menos de dos meses de que el republicano Trump asuma la Presidencia de EE.UU., lo que puede suponer un cambio en la política de acercamiento a la isla puesta en marcha por Obama desde finales de 2014.
La primera reacción de Trump a la noticia del fallecimiento del líder de la revolución cubana fue en su cuenta de Twitter, con una escueta frase: «¡Fidel Castro está muerto!».
Poco después, en un comunicado divulgado por la oficina de transición presidencial, Trump declaró que Castro fue un «brutal dictador» que «oprimió a su propio pueblo» y con su fallecimiento deja «un legado de fusilamientos, robo, sufrimiento inimaginable, pobreza y negación de derechos humanos fundamentales».
«Si bien Cuba sigue siendo una isla totalitaria, mi esperanza es que hoy marque un alejamiento de los horrores soportados durante demasiado tiempo y hacia un futuro en el que el maravilloso pueblo cubano finalmente viva en la libertad que tanto merece», afirmó Trump.
A pesar de que «las tragedias, muertes y dolor causadas por Fidel Castro no pueden ser borradas, nuestro Gobierno hará todo lo posible para asegurar que el pueblo cubano pueda iniciar finalmente su camino hacia la prosperidad y libertad», prometió el presidente electo de EE.UU., quien asumirá el cargo en enero.
Durante la campaña, Trump prometió «dar marcha atrás» a las «concesiones» hacia Cuba, pero los expertos ven improbable que frene en seco el deshielo iniciado por Obama y que ha llevado al restablecimiento de las relaciones diplomáticas y de los vuelos comerciales entre ambos países, entre otros progresos.
Obama reconoció que la muerte de Castro es, para los cubanos de la isla y de EE.U.U, un momento de «emociones poderosas».
En las primarias, Trump fue el único aspirante republicano que apoyó la apertura a Cuba, pero en su búsqueda de votos en Florida en las elecciones generales prometió que «revocaría» las medidas ejecutivas de Obama «a no ser que el régimen de los Castro» restaure «las libertades en la isla».
Pero algunos analistas consideran que el magnate de los hoteles y los casinos tendrá que atemperar esa postura, debido a las presiones que recibirá de parte de los empresarios estadounidenses que llevan décadas anhelando hacer negocios con Cuba.
Trump se encuentra estos días descansando con motivo de las vacaciones de Acción de Gracias en su hotel Mar-a-Lago, en la localidad de Palm Beach (Florida).
Por su parte, Obama, quien tampoco tiene estos días actividades públicas, afirmó que será la historia la que «registrará y juzgará el inmenso impacto» de la «singular figura» que fue el fallecido líder cubano.
En un comunicado divulgado por la Casa Blanca, Obama quiso extender «una mano de amistad al pueblo cubano» tras la muerte de Castro.
Obama reconoció que la muerte de Castro es, para los cubanos de la isla y de EE.U.U, un momento de «emociones poderosas», de recordar «las innumerables formas» en que el líder de la revolución «alteró el curso de vidas individuales, familias y de la nación cubana».
A su juicio, la relación entre EE.UU. y Cuba estuvo marcada durante casi décadas por «profundos desacuerdos políticos», pero durante su presidencia se ha «trabajado duro para dejar atrás el pasado» con el proceso de normalización bilateral.
El objetivo de esa normalización es perseguir «un futuro en el que la relación entre nuestros dos países se define no por nuestras diferencias, sino por las muchas cosas que compartimos como vecinos y amigos – vínculos de familia, cultura, comercio y una humanidad común», resumió Obama.
Dentro de ese «compromiso», Obama destacó las contribuciones de los cubanoestadounidenses, que «han hecho tanto» por EE.UU. y «se preocupan profundamente por sus seres queridos en Cuba».
Al ofrecer sus condolencias a la familia de Fidel Castro y al pueblo cubano, Obama señaló que en los próximos días todos ellos «recordarán el pasado y también mirarán hacia el futuro».
Mientras mira hacia ese futuro, «el pueblo cubano debe saber» que Estados Unidos es «su amigo y socio», concluyó.
En marzo pasado, Obama se convirtió en el primer presidente estadounidense en ejercicio en visitar Cuba en 88 años y durante su estancia en la isla se reunió con el presidente Raúl Castro, pero no con el fallecido Fidel.
Y en octubre Obama emitió una directiva para tratar de sellar su política de apertura hacia Cuba y hacerla «irreversible», pero todo está ahora en manos de Trump.
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