Tomar fotos o grabar en el interior de la falda de una mujer es una práctica extendida en Japón, y algunos parecen haber encontrado en ella una oportunidad para hacer dinero fácil y rápido.
Que lo digan Masashi Nakamura (22) y Ryoma Fujishima (20). El 8 de noviembre, ambos fueron testigos de cómo un salaryman grababa debajo de la falda de una estudiante de koko en la estación de Machida.
Nakamura y Fujishima se acercaron al hombre, pero no para reprocharle su conducta, como haría cualquier buen ciudadano, sino para sacarle plata. El salaryman, pillado in fraganti, cedió ante el chantaje y les entregó más de 41.000 yenes (363 dólares), cuenta el sitio RocketNews24.
El asunto habría quedado ahí si la codicia no hubiera empujado al par de chantajistas a llegar más lejos: pidieron más dinero. El trío acudió a un prestamista, que le prestó tres millones de yenes (26.600 dólares) al salaryman. Así pues, el monto total que le sacaron al sujeto ascendió a 3,041 millones de yenes (casi 27.000 dólares).
Lo que seguramente no imaginaron Nakamura y Fujishima sería que el salaryman superara la vergüenza de haber sido sorprendido como un pervertido y decidiera denunciarlos ante la policía.
Los jóvenes fueron localizados merodeando por la estación de Machida y arrestados el 17 de noviembre.
Los “cazadores de voyeristas”, así apodados por los medios, al parecer habían chantajeado a otros hombres. En las redes sociales se han exhibido en un casino en Macao o en hoteles caros y fiestas elegantes. Es decir, dinero tenían.
Y no serían los únicos. Incluso algunos cazadores trabajarían en alianza con mujeres que con faldas cortas suben escalares mecánicas para atraer a pervertidos, atraparlos in fraganti y sacarles dinero. (International Press)
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