Se quisieron pasar de vivos y acabaron detenidos por la policía. Parece que los yakuza ya no intimidan como antes.
La historia, contada por Asahi Shimbun, empieza así:
El 12 de junio pasado, Hidekazu Oba, un hombre de 35 años afiliado al grupo yakuza Matsuba-kai, pidió por internet un reloj de lujo valorizado en 860.000 yenes (8.162 dólares)
Al día siguiente un repartidor de Sagawa Express llegó con el preciado paquete a la oficina yakuza en Tokio, donde Oba estaba con un cómplice, otro mafioso llamado Yusuke Kodama (32).
Lo que el mensajero, un hombre de 38 años, no sabía era que el yakuza no estaba dispuesto a pagar.
El repartidor le entregó el reloj a Oba, pero este, en vez de darle la plata, sacó una falsa pistola creyendo que el hombre, intimidado por el hecho de ser amenazado con un arma por un yakuza, huiría y él podría quedarse con el reloj a costo cero.
Lo que Oba jamás imaginó era que el mensajero (que estaba acompañado por un colega) no solo no se asustaría, sino que además le quitaría el arma de juguete y el reloj, y llamaría a la policía.
Oba y Kodama huyeron de la oficina, pero la policía los atrapó. Ambos fueron arrestados por intento de extorsión.
Oba admitió su culpabilidad, mientras que Kodama dijo que era inocente y que aquel actuó por su cuenta.
Interrogado por la policía, Oba dijo que no se enfrentó al trabajador de Sagawa Express porque sabía que no podría con él. “El repartidor era demasiado musculoso”, dijo. (International Press)
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