Un rickshaw para difundir la cultura japonesa por el mundo

3 jóvenes japoneses inician una gran aventura

El rickshaw es un vehículo de transporte de dos ruedas movilizado por una persona. Muchos probablemente solo lo han visto en películas o series. Además de transportar gente, tres jóvenes japoneses le han encontrado un nuevo uso: difundir la cultura japonesa por el vasto mundo.

Yomiuri Shimbun nos cuenta cómo se gestó este ambicioso proyecto.

El artífice de la iniciativa es Yuji Suzuki (26), quien tras egresar de la universidad hace tres años se mudó a Tokio con el propósito de trabajar para ganar dinero y hacer realidad su sueño de viajar por todo el mundo.

En 2013 comenzó a trabajar llevando gente en rickshaw. El trabajo le gustó y decidió que este vehículo sería su medio para recorrer el mundo. Al principio, pensó en hacerlo solo, pero luego se dijo que sería difícil, así que puso un anuncio en busca de compañeros de viaje. Los encontró. Ellos son Ken Hirano (26) y Keisuke Takahashi (25).

Como millones de niños en todo el planeta, Suzuki soñaba con ser futbolista. Incluso viajó a Brasil, donde jugó en un club durante mes y medio. Nunca pudo convertirse en futbolista profesional, pero salir al extranjero le hizo darse cuenta de que «hay un mundo más amplio fuera de Japón cuya existencia no conocemos».

También ha viajado a Europa, donde estuvo dos meses tras poner en marcha un proyecto para que personas de todo el mundo donen grullas de origami a las víctimas del terremoto y el tsunami de 2011.

Los tres aventureros han iniciado su viaje en Tokio. Su próximo destino es Osaka, donde, en noviembre, tomarán un ferry a Shanghái. Después visitarán países de Asia como Vietnam e India.

Su recorrido por Asia les tomará un año más o menos. Después retornarán por corto tiempo a Japón, para reanudar su viaje con destino a Europa, África, América y Australia. La aventura, calculan, durará tres años.

Tirando de su rickshaw, el trío tiene previsto participar en eventos de intercambio cultural y difundir la cultura japonesa a lo largo de su recorrido.

Obviamente, una empresa de semejante magnitud no es barata. El costo del transporte de un rickshaw por barco es de alrededor dos millones de yenes (19.400 dólares), monto que recogen a través de aportes de personas interesadas en su proyecto.

El resto (viaje, comida, etc.) será cubierto por los ahorros de cada uno de los tres. Para ahorrar están llevando tiendas de campaña y bolsas de dormir.

Aunque va a ser una tarea ardua y costosa, a Suzuki le entusiasma la idea de conocer gente de todo el mundo. «Quiero presentar al mundo el atractivo de la cultura japonesa», dice. Buen viaje. (International Press)