Los consulados en Japón de Argentina y Perú informan que todos sus nacionales en Kumamoto, la prefectura de la región de Kyushu que más ha sufrido por una sucesión de fuertes terremotos, están a salvo.
Hasta el momento 41 japoneses han fallecido por dos violentos sismos de 7 grados ocurridos la noche del jueves 14 de abril y la madrugada de hoy sábado. Hay más de 2.000 heridos.
Según dijeron los consulados, casi todas las personas que estaban registradas en sus padrones como residentes en Kumamoto han sido contactadas por teléfono y han confirmado que están fuera de peligro.
El ministro Federico Guillermo Urrutia, cónsul de Argentina, dijo que ha confirmado el buen estado de tres ciudadanos en la zona y que otras dos personas que estaban registradas en su oficina habrían salido del país hace tiempo.
El cónsul general del Perú en Nagoya, Guatavo Peña Chamot, informó que según sus registros hay 9 peruanos en Kumamoto, que cuatro de ellos están bien y los otros cinco están fuera de la zona de peligro.
La Embajada de Bolivia ha reportado que está verificando el estado de sus ciudadanos en Nagasaki, Kumamoto y Oita.
Entre tanto, una colaboradora de International Press ubicó a dos ciudadanas guatemaltecas en Oita, ciudad ubicada a una hora de Kumamoto, que también ha sufrido el impacto de potentes sismos que han remecido toda la región de Kyushu.
Se trata de Ana Francisca España y su hija Ana Lorena Catalán, quienes narraron los momentos que vivieron desde que ocurrió el primer terremoto, la noche del jueves 14 de abril.
«..salta la alarma del teléfono de mi hija y ella me dice: terremoto! En eso comienza el edificio a moverse como una hamaca, nos abrazamos en el umbral de la puerta y allí esperamos a que pase. Estoy bien, pero asustada», narró al podcast de IPC doña Ana Francisca, una ex diplomática guatemalteca que ha venido a Japón a visitar a su hija.
«Tampoco hemos dormido esta noche. A la 1 y 25 de mañana se da ese otro movimiento más fuerte que el anterior y luego los sucesivos (sismos) que han venido», expresó.
«Tengo 30 años viviendo en Japón y es mi primera experiencia con un terremoto tan grande», dijo por su parte, Ana Lorena. «Cuando recién llegué tuve una experiencia, pero de una sola vez. Pero ahora, con las réplicas estoy viviendo algo que no se acaba, ya llevamos dos días, no hemos dormido y siempre pendientes de la alarma», manifestó.
Entre tanto, la peruana Gisella Inamine, contó que hoy las tiendas de conveniencia de Oita estaban desabastecidas de agua, pan y hasta de comida preparada. «Me dijeron que por el terremoto los camiones de abastecimiento no han llegado a Oita».
Al respecto, el Dr. Raúl Ortega, reportó desde Fukuoka que las cadenas de conveniencia habían pedido a sus sucursales y franquicias en Kumamoto que distribuyan gratuitamente sus productos entre los damnificados y que se había dispuesto que los camiones de abastecimiento de la región llevaran su carga de alimentos y agua a la zona más golpeada por los terremotos. (International Press)
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