Por primera vez en 88 años un presidente de Estados Unidos pisa tierra cubana
El presidente Barack Obama aterrizó hoy en La Habana para una visita histórica, la del primer mandatario estadounidense que pisa tierra cubana en 88 años y que busca apuntalar el deshielo iniciado hace quince meses por Cuba y EEUU, dos países vecinos que fueron enemigos durante medio siglo.
Nada más llegar, Obama saludó a los cubanos con un simpático mensaje en su cuenta oficial de Twitter, en el que se lee en español «¿Que bolá Cuba?», una expresión habitual en el lenguaje coloquial de la isla, a la que añadió, ya en inglés: «Emocionado de estar aquí, con muchas ganas de reunirme y escuchar directamente al pueblo cubano».
Acompañado de la Primera Dama, Michelle Obama, sus hijas, Malia y Sasha, y su suegra, Marian Robinson, Obama llegó al aeropuerto José Martí de la capital cubana, donde fue recibido, bajo una lluvia que inició pocos minutos antes de su llegada, por el canciller de la isla Bruno Rodríguez.
En su primer acto en territorio cubano, un breve encuentro en un hotel con el personal de la embajada estadounidense en La Habana, el presidente Obama reconoció el carácter histórico de su visita a la isla, la primera de un gobernante de EEUU a la Cuba revolucionaria, aunque precisó que es solo un «primer paso» en la nueva relación entre los dos países.
La lluvia impidió que ese acto se celebrara al aire libre en el recinto de la legación estadounidense en La Habana, en plena avenida del Malecón, convertida formalmente en embajada el pasado julio y en la que ondea, desde el 14 de agosto, la bandera de la barras y estrellas, que se izó en una ceremonia presidida por el secretario de Estado John Kerry, que también acompaña a Obama en este viaje.
La numerosa comitiva que viajó a Cuba con el mandatario la integran unos cuarenta congresistas, como la líder de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, o los conocidos senadores demócratas Patrick Leahy y Dick Durbin; además de líderes empresariales de compañías como la empresa de renta de viviendas Airbnb; la cadena hotelera Starwood o PayPal.
Precisamente, Starwood firmó ayer con Cuba un acuerdo para operar dos hoteles en La Habana, mientras que Airbnb anunció hoy que ha recibido licencia para ampliar su servicio de renta de alojamientos en Cuba a turistas de todo el mundo, y no solo de EEUU.
En una comparecencia ante la prensa acreditada para la ocasión, el ministro de Comercio Exterior de la isla, Rodrigo Malmierca, adelantó que esos líderes empresariales participarán mañana en un foro de negocios con representantes de empresas estatales, emprendedores y cooperativistas de la isla.
Malmierca se mostró optimista sobre la posibilidad de que la vista de Obama sirva para impulsar acuerdos entre empresas de los dos países, ya que existe un «gran potencial» para ello a pesar del embargo económico sobre la isla, en vigor desde 1962.
El ministro, el único funcionario cubano que se pronunció hoy públicamente sobre la visita de Obama, destacó que los cuatro paquetes de medidas aprobados por el Gobierno estadounidense en el último año para aliviar el impacto del «bloqueo» van en «la dirección correcta», aunque cuestionó que la intención declarada de esas medidas sea mejorar la vida del pueblo cubano.
«Yo diría que el principal objetivo de la Revolución cubana ha sido trabajar por y para el pueblo. No hay una sola medida aprobada en todos estos años que no haya tenido como objetivo ayudar al pueblo cubano», defendió el ministro, que insistió en que el bloqueo es el principal obstáculo para el desarrollo económico del país y un escollo en la normalización de relaciones con EEUU.
La isla ha recibido a Obama con expectación entre los cubanos ante la inédita imagen de un presidente estadounidense en su tierra, aunque la intensa lluvia y la fuerte seguridad por toda La Habana, con numerosas calles y accesos cortados, obligó a la mayoría a ver a Obama por la televisión estatal, que retransmitió en directo su llegada.
Para María Félix, una jubilada habanera, fue «un placer» ver aterrizar al mandatario estadounidense, símbolo de un cambio que ha elevado las esperanzas de «un futuro mejor» para los cubanos.
«Opino que Obama es un hombre bueno, incluso llovió y dicen que cuando las personas llegan a un país por primera vez y llueve, es un buen augurio», señaló Zambrano.
«Vi la llegada y voy a seguir su visita», aseguró a Efe Elsa, una trabajadora estatal que precisó que la visita de Obama será «muy buena», aunque, cautelosa, piensa que es hay que esperar a «ver cuáles son sus intenciones».
Además de conocer de primera mano la realidad del pueblo cubano y consolidar la nueva etapa abierta entre Cuba y EEUU, la visita de Obama pretende denunciar la represión contra opositores y activistas e incidir en la situación de los derechos humanos en la isla, asunto sobre el mantienen las diferencias más profundas.
De hecho, horas antes de la llegada del presidente unas cincuenta Damas de Blanco y otros opositores como el conocido grafitero «El Sexto» o Antonio González Rodiles fueron arrestados en La Habana, tras una marcha pacífica que fue respondida con una contra-manifestación de repudio por partidarios del Gobierno.
Estos incidentes se llevan repitiendo, con diferente intensidad, por 46 domingos consecutivos, el día de la semana en que el grupo disidente femenino Damas de Blanco realiza sus marchas pacíficas para reivindicar el respeto de los derechos humanos en la isla.
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