Reciben amenazas de muerte e insultos como “cucarachas”
Tres residentes de origen coreano en la ciudad de Kawasaki presentaron una declaración a la Oficina de Asuntos Legales de Yokohama en busca de apoyo y medidas de prevención tras haber sido víctimas de discursos de odio, que consideran una violación de sus derechos humanos.
Al parecer, es la primera vez que residentes locales buscan ayuda de un departamento de asuntos legales después de ser blanco de expresiones de odio en una zona específica, según Mainichi Shimbun.
Los tres residentes son la coreana de primera generación Cho Yang-yub (78), la de tercera generación Choi Kang-ija (42), y su esposo, el japonés Shoichi Nakane (53).
El 31 de enero, un grupo de hombres realizó una manifestación en un parque en Kawasaki contra los coreanos.
Jo, Choi y Nakane, de acuerdo con su testimonio, estuvieron en el parque y a través de un megáfono les gritaron «¡Váyanse, cucarachas coreanas!» y «¡Voy a estrangularlos lentamente con un cordón de seda!».
Los manifestantes pasaron por la estación de Keikyu Kawasaki y se dirigieron a la zona costera de la ciudad, donde residen muchos coreanos.
Tras la presentación de su declaración, los tres revelaron en una conferencia de prensa la gravedad de la situación.
«Una vez un hombre se acercó a mí a plena luz del día y me dijo: ‘Los coreanos son nuestros enemigos y a los enemigos hay que golpearlos hasta la muerte'», dijo Choi. «Creo que un día me podrían matar».
«Sólo queremos poder vivir una vida pacífica yendo a trabajar normalmente y pasando los días libres con nuestras familias», añadió.
Por su parte, Jo dijo: «Los incidentes fueron muy dolorosos para mí. Por la noche, me acuerdo de lo que pasó y no puedo conciliar el sueño».
“No hemos hecho nada malo”, dijeron los tres.
Kawasaki ha sido escenario de doce demostraciones anticoreanas desde 2013.
En diciembre de 2015, la Oficina de Asuntos Legales de Tokio emitió una advertencia al exlíder de la organización anticoreana Zaitokukai después de que el grupo llevó a cabo varias manifestaciones amenazantes frente a la la Universidad de Corea en Tokio. (International Press)
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