Parte de la responsabilidad la tienen los gobiernos locales, según agencia japonesa
Un significativo número de niños extranjeros en Japón no estarían yendo a la escuela debido en parte a la negligencia de los gobiernos locales, según un estudio de la agencia Kyodo.
La encuesta, que abarcó a gobiernos municipales de 72 grandes ciudades, determinó que 41, más de la mitad, no verifican si los niños extranjeros han sido matriculados en escuelas públicas o privadas.
Cuando los niños no están inscritos en las escuelas públicas, los gobiernos locales investigan la causa (por ejemplo, si están asistiendo a escuelas privadas).
No obstante, muchos gobiernos locales no hacen un seguimiento de los niños extranjeros debido a que la educación obligatoria de los niños en Japón hasta el noveno grado no se aplica a ellos. Solo a los japoneses.
Entre los aproximadamente 100.000 niños extranjeros en edad escolar registrados en Japón, 41 gobiernos municipales no habían confirmado la asistencia a la escuela de más de 10.000 en total.
Ojo, hay que tener en cuenta que los niños pueden asistir a escuelas para extranjeros o haber abandonado Japón con sus familias sin haber informado a los gobiernos locales. Si se carece de información al respecto se debe a que muchos municipios no investigan la situación de los niños extranjeros.
Esta negligencia o descuido viola los Pactos Internacionales de Derechos Humanos y la Convención de los Derechos del Niño, y puede empujar a muchos niños al aislamiento social. Por ellos, los expertos solicitan a los 41 municipios señalados que tomen cartas en el asunto.
Okada no quiere que su hijo de 1 año pase por lo mismo. Por eso quiere que estudie. El joven nikkei teme que muchos niños brasileños no puedan escapar de la pobreza sin una educación adecuada.
Entre las 41 ciudades figuran Chiba, Yokohama y Osaka, así como algunos de los 23 distritos de Tokio, cada una de las cuales alberga de cientos a más de 1.000 niños extranjeros cuya asistencia a la escuela no ha sido confirmada.
17 gobiernos municipales, entre ellos el de Nagoya, siguen solo parcialmente la asistencia escolar de los niños extranjeros.
14 municipios, entre ellos los Kobe y Hamamatsu, sí se preocupan por rastrear exhaustivamente la asistencia de los niños extranjeros a clases. Algunos envían funcionarios para hablar con familias cuyos hijos no asisten a clases. El gobierno de Hamamatsu, en particular, busca la escolarización de todos los niños extranjeros.
Como se mencionó párrafos arriba, muchos gobiernos locales no hacen un seguimiento de la escolarización de los niños extranjeros debido a la política del gobierno central, que establece la enseñanza escolar obligatoria solo para los japoneses.
Y esto, según expertos, puede acarrear riesgos a largo plazo. Tener muchos niños extranjeros sin educación podría “generar efectos desestabilizadores en la sociedad japonesa”.
Aunque muchos gobiernos municipales aseguran que aceptan a niños extranjeros en sus escuelas públicas, algunos padres se niegan a enviar a sus hijos a la escuela por razones económicas o de otro tipo.
Esto podría perjudicar seriamente el futuro de los chicos y generar un ciclo de pobreza entre los residentes extranjeros en Japón.
Mientras menos educado seas, menos buenas oportunidades laborales tendrás.
Silas Alves Okada, un nikkei brasileño de 26 años, dice que no puede conseguir un empleo a tiempo completo debido a que no completó la escuela, pese a que considera que tiene más capacidad que los trabajadores regulares de su edad. Como empleado a tiempo parcial, lamenta no tener estabilidad laboral.
Okada llegó a Japón con su familia cuando tenía 6 años. Asistió a una escuela en Gunma, pero dejó de estudiar en primero año de secundaria.
«Me culpo a mí mismo», dice Okada a menudo. Sin embargo, sus padres no tenían mucho interés por mandarlo a la escuela. Además, era víctima de ijime y decidió que no tenía sentido esforzarse por estudiar en Japón.
Okada no quiere que su hijo de 1 año pase por lo mismo. Por eso quiere que estudie. El joven nikkei teme que muchos niños brasileños no puedan escapar de la pobreza sin una educación adecuada.
Por su parte, el nikkei brasileño Lucas Toshio Suzuchi (23), compañero de trabajo de Okada, dice: «Yo quería ir a la escuela. Creo que podría haber evitado un trabajo duro como el que hago si hubiera ido a la escuela».
Suzuchi llegó a Japón a los 9 años y asistió a una escuela privada para niños brasileños en Gunma, pero la dejó cuando tenía 14 años porque sus padres no podían costear sus estudios. Él quería ir a una escuela pública local, pero sus padres se opusieron porque habían escuchado que había ijime.
La sociedad japonesa se está diversificando debido a la presencia de numerosos extranjeros en diversos campos. Es imprescindible, subraya Kyodo, apoyar la formación de los niños para que se conviertan en buenos ciudadanos a través de la educación, independientemente de su nacionalidad. (International Press)
No sólo con los niños extranjeros, también los niños japoneses. Además el ijime, el síndrome del celibato y la baja natalidad amenazan seriamente la educación de Japón, provocando que muchas escuelas y universidades cierren sus puertas. Si no se toman medidas pronto perderán futuros trabajadores.
Lo que seran estos ninos en el futuro cercano es delincuentes o mano de obra barata