La especialista analiza la influencia del caso Vayron Nakada en la comunidad peruana y latinoamericana.
ESCUCHE EL AUDIO DE LA ENTREVISTA A NÉLIDA TANAKA
Fue todo muy impactante: presenciar la imagen del hombre con un cuchilllo en la mano persignándose poco antes de lanzarse de la ventana, la pared blanca manchada de rojo, hablando de hechos sangriento, saber que es peruano, y que haya asesinado a seis personas como finalmente se confirmó a través de las pruebas de ADN.
Escribo a continuación tratando de ordenar ideas del caos mental que me invade ahora. A través de las noticias y entrevistas a su familia y personas que lo conocieron nos enteramos de que esta persona es Vayron Nakada de 30 años, que vino al Japón hace diez años, que vivía solo, que era recluído y tan solo contestaba cuando le saludaban, que cambiaba frecuentemente de trabajo, que dos dias antes de que cometiera los homicidios “dejaba el trabajo porque estaba siendo seguido por alguien vestido con traje y que no podía volver a la planta” (International Press). Estos rasgos respaldan las palabras de su hermana en Perú, diciendo que Vayron padecía de esquizofrenia.
La esquizofrenia es una enfermedad mental grave con trastornos de pensamiento, por lo cual, que piense que le están persiguiendo para él es una convicción. Un tratamiento continuado con drogas psicotrópicas es fundamental para controlar estos síntomas. De todos modos es necesario aclarar que la mayoría de las personas con esquizofrenia no son peligrosas.
También debemos entender que el esquizofrénico no quiere que se le acerquen, no tiene miedo a estar solo y evita la cercanía con otras personas. Tratar de darle compañía cuando no la quiere puede alterar su estado de ánimo.
El temor de que se propague un prejuicio que sea negativo a los peruanos y latinoamericanos en general, puede que nos ponga en una actitud defensiva o intolerante, sin embargo es precisamente en estos momentos que necesitamos de serenidad, que nuestras acciones diarias muestren lo contrario, que podamos tener la frente alta para decir claramtente de que ha sido la obra de una persona individual.
Además, los japoneses nos conocen, saben cómo hemos estado obrando todo este tiempo, con muchas acciones positivas, y eso nos va a dar seguridad dentro de esta sociedad.
Un ejemplo positivo de los peruanos y latinoamericanos hacia la sociedad japonesa son las acciones solidarias con los damnificados de las inundaciones en Joso, Ibaraki.
Que este acontecimiento trágico sea oportunidad de acercamiento y conversación entre las personas, hay muchas tareas para el futuro que no pueden enfrentarse a nivel personal como enfrentarse a los desastres naturales o cómo apoyar a las personas de la tercera edad de la comunidad. Tenemos que pensar cómo organizarnos y crear redes con otros grupos para acciones eficacez que se complementen mutuamente. Por supuesto, para echar a andar estas acciones se debe contar con el apoyo de las autoridades japonesas y de nuestros países.
Por otro lado, pongámonos en la posición de las víctimas, de sus familiares, cuanto dolor, cuanto sufrimiento;,como una comunidad extranjera en este país, pensemos que podemos hacer para poder transmitir nuestro sentimiento hacia las víctimas. (Por Nélida Tanaka)
Podcast: Reproducir en una nueva ventana | Descargar
Descubre más desde International Press - Noticias de Japón en español
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.