Los une un migrante japonés
La pequeña localidad de Otama, situada en la prefectura de Fukushima, al noreste de Japón, se ha hermanado con la ciudadela inca de Machu Picchu, convirtiéndose en la primera propuesta de esta índole que acepta el pueblo peruano.
Machu Picchu ha recibido numerosas solicitudes de hermanamiento dada su condición de patrimonio mundial de la humanidad, pero hasta ahora no había encontrado ninguna conexión con los aspirantes, indicó el embajador de Perú en Japón, Elard Escala, en declaraciones recogidas por el diario «Asahi».
«Queríamos establecer el primer acuerdo de hermanamiento con el lugar de origen de Yokichi Nouchi, un hombre con el que los peruanos están en deuda», explicó Escala.
Nouchi, natural de Otama, emigró a Perú en 1917, y como empleado del ferrocarril ayudó a instalar las vías que conducen a Machu Picchu, donde se trasladó en los años 20.
Allí construyó una planta hidráulica y un hotel, y desempeñó las funciones de jefe de la remota aldea durante dos años, contribuyendo al desarrollo turístico del lugar hasta su fallecimiento en 1969.
El legado de Nouchi impulsó a Machu Picchu a proponer el acuerdo con Otama, una localidad de unos 8.500 habitantes, pero el plan se retrasó durante varios años porque el pueblo nipón no contaba con los fondos necesarios para enviar a sus funcionarios a la ciudadela peruana, indicó el periódico japonés.
Cesar Yoshiro Nouchi, nieto de Yokichi Nouchi y residente en Nagoya (centro de Japón), contribuyó a la realización de la primera visita en 2012 de las autoridades de Otama a Machu Picchu, donde el próximo octubre tendrá lugar la ceremonia de hermanamiento. (EFE)
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