Rociar aceite es un acto de purificación, sostiene
El hombre al que la policía de Chiba responsabiliza de haber manchado con un líquido aceitoso el santuario de Katori habría dicho a los miembros de una organización religiosa, que él fundó y dirige, que «el acto de verter aceite guía a las personas hacia la verdad».
Sin embargo, el sujeto habría manifestado que él visitó el santuario y oró en él, pero no vertió líquido aceitoso, según Mainichi Shimbun.
El hombre, que tiene 52 años y reside en Estados Unidos, asegura que ha conocido personalmente a Jesucristo y que ha recibido la revelación de Dios. En Nueva York ejerce como médico y proporciona tratamientos de fertilidad.
El japonés se autoproclama misionero, brinda seminarios y tiene seguidores en lugares como Taiwán, Turquía y Filipinas
Creó su organización religiosa en 2013 en Tokio y su doctrina se sostiene en la creencia en Cristo.
El sujeto ha dado conferencias sobre temas como la relación entre Cristo y el aceite.
A su juicio, el acto de rociar aceite equivale a una purificación. En otras palabras, el aceite es sagrado.
La policía está investigando si el hombre es responsable de ataques con líquido aceitoso a 48 sitios culturales y religiosos –entre ellos varios que son Patrimonio de la Humanidad– en 16 prefecturas del país.
El primer ataque fue descubierto en febrero de este año. Un mes antes, el hombre habría retornado a Japón, según la policía, y desde entonces ha brindado seminarios en ciudades como Hamamatsu, Mito, Nagano y Utsunomiya. (International Press)