Podría empezar a funcionar a mitad de año
La planta nuclear de Sendai, la primera que Japón reactivará en virtud de la nueva normativa aprobada tras el accidente de Fukushima, superó hoy la última revisión de seguridad antes de los procedimientos previos al encendido de los reactores este verano.
La Autoridad de Regulación Nuclear (NRA) de Japón dio el visto bueno a dicha comprobación a la empresa operadora de la planta, Kyushu Electric Power, por lo que solo resta que los inspectores del organismo realicen una revisión preoperativa en las instalaciones antes de que la empresa encienda las dos unidades de fisión de la planta.
El objetivo de la eléctrica es reactivar el reactor 1 a finales de julio, aunque al parecer los preparativos para dicha inspección preoperativa van algo retrasados, lo que podría prorrogar el encendido algunas semanas, según informó la agencia Kyodo.
Por otro lado, la idea es que el segundo reactor de Sendai, situada en la prefectura de Kagoshima (sur de Kyushu), vuelva a operar en el mes de septiembre.
A raíz del accidente de Fukushima, provocado por el terremoto y tsunami del 11 de marzo de 2011, los 43 reactores nucleares en condiciones operativas que tiene Japón están actualmente desactivados para ajustarse a una nueva normativa de seguridad más estricta impuesta por la NRA.
De este modo, Sendai puede ser la primera central que funcione de nuevo en Japón desde septiembre de 2013.
El Gobierno del primer ministro Shinzo Abe ha impulsado la reactivación de nucleares argumentando que el uso de energía atómica -de la cual Japón obtenía un tercio de la electricidad antes del accidente- es necesaria para potenciar el crecimiento económico y no encarecer la factura energética.
No obstante, las encuestas muestran que la mayoría de los japoneses está en contra de la reactivación de plantas a raíz del desastre en Fukushima.
El accidente en la planta de Fukushima Daiichi ha sido el peor desde el de Chernóbil (Ucrania) en 1986, y sus emisiones y vertidos radiactivos aún mantienen evacuadas a unas 70.000 personas que vivían en torno a la central y han afectado gravemente a la agricultura, la pesca y la ganadería local. (EFE)