Compran terrenos en zonas apartadas, levantan su vivienda, perforan pozos de agua y apenas consumen energía eléctrica.
Katsuya Yoshida, de 28 años, salió de Setagaya, distrito de la gran Tokio, en noviembre del año antepasado, para vivir cerca del mar en Kujukurihama, provincia de Chiba. Compró un terreno de 140 metros cuadrados por ¥450.000, envió a perforar un pozo, pidió el servicio de energía eléctrica y construyó una casa de una sola habitación, más parecida a una cabaña, con materiales de construcción baratos que buscó por Internet.
Su vida es ecológica, dijo el japonés al diario Asahi. Utiliza poca electricidad y no paga agua.
Su mudanza fue hecha con un carro atado a su bicicleta. Parte de su cabaña fue construida por él mismo en aproximadamente un mes. Mientras tanto, Yoshida vivía en una tienda de campaña hasta que su casa-habitación, con una superficie equivalente a 4 tatami, estuvo lista. Cuenta que gastó en total, con el terreno, cerca de 1 millón de yenes, incluyendo los materiales de construcción.
UN ESTILO DE VIDA
Su vida es simple y saludable. Su comida es frugal, viene de la huerta que cultiva y de las pocas cosas que compra u obtiene de la vecindad. De esta manera puede vivir con 30.000 a 50.000 yenes por mes. Su factura de electricidad es de unos 400 yenes por mes, lo suficiente para su computadora, manta eléctrica y aspiradora. No tiene lavadora, utiliza una batea.
Expuso su nuevo estilo de vida en la web, a través de un blog y You Tube y en un reportaje en la TV japonesa. Así, creó una red de contactos con otros jóvenes japoneses que viven de la misma manera o que quieren hacerlo.
Se ha entusiasmado tanto con la construcción que ingreso a una escuela técnica de construcción y reformas de vivienda. Ahora aprende con entusiasmo a revestir paredes con cemento.
Sus amigos tienen su mismo estilo de vida.
TENDENCIA ENTRE JÓVENES
Por pura coincidencia, Noriyuki Tagawa, un cuidador de ancianos de 30 años, también adquirió en febrero de 2013 una parcela de 120 metros cuadrados por 350.000 en la misma región.
«Estoy más relajado después empecé a vivir en la cabaña y ha aumentado mi círculo de amigos que tienen el mismo estilo de vida», dice Tagawa. Tardó más tiempo que Yamada en la construcción con materiales comprados home center de la ciudad. Guiándose de manuales conseguidos en Internet, empezó a construcción su cabaña que la terminó en unos 3 meses.
Tagawa y Yoshida se conocieron personalmente y se hicieron. Comen juntos, intercambian experiencias y se han convertido en “asesores” de quienes se contactan con ellos por internet para construir sus propias viviendas e imitar su estilo de vida.
Según un la televisión japonesa, la experiencia de estos jóvenes no es aislada. Se trata de una tendencia que se extiende y que ya cuenta con pequeñas ferias en las que muestran viviendas simples para una forma de vida tranquila, sin grandes gastos, pero con acceso a la propiedad y cerca a la naturaleza. (International Press)