Se acabaron los obsoletos cascos para beber refrescos
María Roldán / EFE
Bananas inteligentes y extravagantes mochilas dispensadoras de tomates serán, junto a los heroicos ganadores, las estrellas del Maratón de Tokio, que se celebrará el domingo en la capital nipona rodeado un año más de un ambiente festivo y carnavalesco.
El de Tokio, uno de los maratones más importantes del mundo, atrae a corredores de los cinco continentes en busca de nuevos récords pero también invita a los participantes a lucir extravagantes vestimentas y a las empresas a exhibir todo tipo de artilugios circenses para promocionarse.
Este año, uno de las grandes sensaciones apunta a ser un dispositivo «comestible y portátil» hecho de banana, alimento común entre los deportistas por su aporte de potasio y otros nutrientes, y que ha sido desarrollado por filial japonesa de la multinacional bananera Dole.
Se acabaron los obsoletos cascos para beber refrescos y las tecnologías convencionales que sólo miden la distancia recorrida y las pulsaciones por minuto.
El dispositivo, cuyo aspecto se mantendrá en secreto hasta su debut en el maratón, tiene una pequeña pantalla LED incrustada en la piel que mostrará información sobre el tiempo de carrera, el pulso y mensajes de la red social Twitter.
La compañía, patrocinadora del evento desde 2008, ya ha emprendido otras iniciativas originales.
En la edición del año pasado repartió entre 200 participantes bananas personalizadas en cuya piel estaba impreso datos como su nombre, el tiempo que habían tardado en terminar el recorrido, estadísticas y mensajes recibidos en las redes sociales.
Pero Dole no ha sido la única empresa dispuesta a revolucionar el concepto de la ingesta de antioxidantes en plena marcha.
El productor de ketchup japonés Kagome ha desarrollado un aparato portátil dispensador de tomates, una fuente rica en licopeno, un antioxidante natural que combate la fatiga.
El artilugio, al que han bautizado con el nombre de «Tomatan», se coloca sobre los hombros del corredor y tiene la forma de un pequeño androide coronado por un gran tomate risueño con forma de cabeza capaz de almacenar 18 tomates y acercarlos a la boca del deportista cada vez que siente que sus fuerzas flaquean.
Además de estos artilugios, en la prueba del domingo, en la que participarán cerca de 36.000 corredores, se podrá ver un año más a samuráis, ninjas, superhéroes y personajes simbólicos de la cultura moderna nipona como Luigi, el hermano del fontanero más famosos del mundo, Mario Bros.
También los inventos caseros son frecuentes, como el creado por el británico Joseph Tame, que en 2011 causó sensación al lucir un traje que contaba con varios dispositivos móviles, sensores ambientales, un panel solar y hasta dos molinillos de viento.
Se trata de un gran acontecimiento en Japón que genera eventos paralelos como la feria anual en el pabellón de exposiciones Tokyo Big Sight, donde los participantes acuden para recoger sus dorsales y echar un vistazo a las últimas creaciones para deportistas.
Este año, no todo será deporte y colorido. La reciente amenaza de Estado Islámico (EI) a Japón ha activado todas las alarmas y se han puesto en marcha exhaustivas medidas de seguridad, entre ellas el que varias decenas de policías corran infiltrados entre los participantes.
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