El escritor japonés confiesa que le molesta ser el eterno candidato al Nobel de Literatura
María Roldán / EFE
A Haruki Murakami, el más popular de los escritores contemporáneos japoneses, le resulta «molesto» ser el eterno candidato al Nobel de Literatura. Esta es una de las muchas confesiones que el autor de «Tokio Blues» hace en su recién estrenado consultorio «online».
«Si digo la verdad, es molesto. Porque ni siquiera soy uno de los finalistas oficiales, sino que se trata solo de las apuestas de alguien. Me siento como si fuera un caballo de carreras», escribió el novelista en la página web puesta en marcha el pasado jueves en medio de una enorme expectación.
Murakami, de 66 años, contesta así a la pregunta de Kanako, una mujer de 36 años, que quería saber qué opina el literato sobre el hecho de que cada año su nombre salga a la palestra cuando se acerca la fecha de entrega del Nobel de Literatura.
El portal (www.shinchosha.co.jp/murakamisannotokoro) se ha abierto como una ventana al universo y la vida del admirado escritor, que responde y se confiesa con bastante sinceridad ante sus seguidos.
El autor del «best seller» mundial «Tokio Blues» (Norwegian Wood) reconoce por ejemplo que evita releer sus obras porque le da «mucha vergüenza», y que incluso se ha olvidado de qué tratan algunas de sus novelas.
«Por eso, cuando las vuelvo a leer por necesidad, descubro algo nuevo», suelta en unas de las 46 réplicas que ha dado hasta hoy.
Para Murakami, un auténtico melómano, la música está muy presente en sus novelas. Sus seguidores, conscientes de ello, no dejan pasar la oportunidad de preguntarle por una de sus bandas preferidas, la estadounidense Red Hot Chili Peppers (RHCP).
«El otro día fui a ver la actuación de Bruno Mars en el Super Bowl, y vi a los RHCP. Siguen siendo muy ‘cool’, ¿verdad? Es maravilloso que no maduren. Los humanos estamos abocados a la madurez. Debemos tener cuidado con eso», contesta el autor de «Kafka en la orilla», insinuando que él mismo procura no hacerlo demasiado.
Entre un mar de líneas escritas en japonés, un par de tímidos mensajes se cuelan en lengua anglosajona, idioma que Murakami emplea para contestar.
Entre ellos el más reciente, un comentario sobre otra de sus materias predilectas, los gatos. Quién lo diría al ver su respuesta, en la que, por otro lado, deja ver su comprensión y aceptación hacia la naturaleza de los felinos.
«He tenido muchos gatos, pero ninguno ha sido nunca muy empático. Simplemente eran todo lo egoístas que se puede ser», apunta.
Preguntas, opiniones o simplemente confesiones de sus seguidores, que también acuden al escritor nacido en Kioto en busca de un nuevo volumen que devorar.
«A mí también me ha cambiado la vida el escribir novelas, buenas y malas», replica a Tancho, una mujer de 37 años que asegura que sus obras la han hecho mejorar. «Estoy en el mismo barco que usted. Qué le vamos a hacer. Para bien y para mal».
La página web, que admitirá la recepción de preguntas hasta el 31 de enero, seguirá disponible al menos hasta marzo, fecha límite que el literato se ha impuesto para responder al mayor número de mensajes posibles.
Es el primer consultorio ‘online’ en el que el escritor, que ya ha tenido antes diferentes portales para hablar con sus seguidores, participa en nueve años.
El autor de «1Q84» tuvo una página oficial entre 1996 y 1999 en la que intercambió correspondencia con lectores, la cual luego fue recopilada en libros como «Souda Murakamisan ni Kiitemiyo («Así es, preguntémosle al señor Murakami)».
Shinchosha abrió otra página temporal en 2002 cuando se publicó «Kafka en la orilla», y el propio escritor volvió a abrir su web personal durante tres meses en 2006. (EFE)
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