Apenas le quedan horas año, ya no rodará la pelota. Terminó la actividad futbolística por el 2014, queda el balance. Rosas y espinas, luces y sombras de un año que no se olvidará jamás por ser mundialista. Los positivos le ganan con amplitud a los negativos. Le pasamos el tamiz y quedó esto…
* El espectáculo. El Mundial. Muy bueno, en general más bonito de lo esperado. Muchos goles, partidos electrizantes, velocidad, más deseo de ganar que miedo de perder, paridad de fuerzas, selecciones chicas atrevidas. Para expertos e incluso para exjugadores que lo analizaron, el mejor de la historia. Coincidimos. Esencialmente no hubo especulación, y eso ya es un punto alto.
* La liga. La final de la Champions League se dirimió entre Real Madrid y Atlético de Madrid. La de la Europa League la ganó el Sevilla, eliminando en semifinal al Valencia. Todavía hay quienes dicen que la española no es la liga más fuerte del mundo. ¿Cuál es…?
* El gol. El de James a Uruguay. De esas cosas que se graban para siempre. Fue un acto de repentización excepcional estando rodeado por cinco rivales. La perfección y gracia de la ejecución lo convirtieron en arte. Y lo hizo todo de aire. Cualquiera que haya jugado fúbol alguna vez entenderá la proeza técnica. Ya está en la historia. James fue el goleador del Mundial y luego pasó al Real Madrid como un galáctico más.
* La humillación. (Del año, del siglo…) El 7 a 1 de Alemania a Brasil… en Brasil, en la semifinal de “su” Mundial. Y eso que los panzers levantaron el pie del acelerador media hora antes del final, sino sabe Dios cómo terminaba.
* El escándalo. La mordida de Suárez a Chiellini en Uruguay-Italia. Nunca una acción antideportiva generó tanta repercusión y polémica; luego continuada con la desproporcionada sanción al goleador uruguayo.
* La revelación. Costa Rica en el Mundial. Magnífico equipo, apenas eliminado por Holanda en cuartos de final. Y por penales. Le tocaron tres campeones del mundo en su grupo y lo ganó. Pasó por encima de Uruguay, venció a Italia y empató con Inglaterra. Tenía todo: excelentes jugadores, personalidad, preparación, temple. Se dicen muchas cosas de Pinto, lo único comprobable es su trabajo, y fue excepcional.
* El dato. Se difundió que Bayern Munich paga 150 millones de euros anuales a su plantel de 27 jugadores. Y 17 millones más a su técnico Pep Guardiola. El sábado anterior se midieron Real Madrid y San Lorenzo. Un estudio arrojó que el Ciclón tiene un presupuesto 54 veces menor que el club español. La brecha económica se ha ampliado de manera exorbitante. ¿Cómo ganarles…?
* La declinación. El fútbol brasileño, no sólo en el Mundial, también entre sus clubes. No aparecen entrenadores ni salen estrellas como antes (apenas Neymar entre los 23 candidatos iniciales al Balón de Oro), practican un fútbol feo y ya no ganador como antes. ¿Qué les pasó…?
* El acierto. De Teo Gutiérrez, de irse del Cruz Azul a River. Se estabilizó, se lo nota feliz, tuvo un gran año, hizo muchos goles, fue campeón argentino y de la Copa Sudamericana. Y, de paso, se salvó… El Cruz Azul fue el fiasco del Mundial de Clubes. Cayó 4-0 con el Real Madrid y perdió 2-1 con el Auckland City de Nueva Zelanda por el tercer puesto. En México titularían “Fracasote”.
* La paliza. Del Real Madrid al Bayern en semifinales de Champions: 1-0 en el Bernabéu, 4-0 en Munich. Inimaginable por la fortaleza que había exhibido el cuadro muniqués. Lo insólito es que siete de esos jugadores vapuleados con su club (Neuer, Boateng, Lahm, Müller, Gotze, Kroos, Schweinsteiger) 75 días después serían campeones mundiales con Alemania. Y un número similar de los vencedores (Casillas, Sergio Ramos, Xabi Alonso, Cristiano Ronaldo, Fabio Coentrao, el brasileño Marcelo) serían masacrados en el Mundial, unos por Holanda, los otros por los mismos alemanes. Cosas del fútbol.
* El auge. De los entrenadores argentinos en el mundo. Los más destacados, Simeone (Atlético de Madrid), Bielsa (Olympique de Marsella), Pekerman (Colombia), Sampaoli (Chile), Bauza (bicampeón de la Libertadores), Costas (Independiente Santa Fe), Mohamed (América de México), Daniel Ahmed (Sporting Cristal), Gustavo Quinteros (Emelec), Pablo Guede (Palestino de Chile), Horacio Matuszyczk (Trujillanos, Venezuela), Diego Vázquez (Motagua, Honduras), Héctor Vargas (Olimpia, Honduras), todos campeones, exitosos o revolucionarios del medio al que llegaron. Y puede haber seis entrenadores argentinos dirigiendo en la próxima Copa América en Chile.
* La “debacle”. En lo que la prensa dio en llamar “el año malo de Messi”, Leo terminó con 58 goles, 22 asistencias y 15 tiros en los palos. Y fue la temporada donde definitivamente se ubicó como volante, pues arranca casi siempre desde media cancha o en tres cuartos. En otro jugador serían números colosales, en él fue una temporada negra. Monstruoso.
* El avance. La primera final de la Libertadores entre Nacional de Asunción y San Lorenzo registró un suceso casi increíble, para esa instancia y para esta competencia: no hubo expulsados ni amonestados. Un reflejo claro del fútbol actual, mucho más limpio que el de antaño, este último abundante en peleas, escándalos y juego violento.
* La hazaña. Del Atlético de Madrid, que en medio de un dominio aplastante de Barcelona y Real Madrid logró arrebatarles una liga, siendo un equipo con menores recursos. Fue todo en base a lucha, a mística, a dejar la piel en cada partido.
* El adiós. A dos gigantes: Alfredo Di Stéfano y Eusebio. El portugués era unánimemente considerado como una excelentísima persona, muy querido. Y Alfredo uno de esos sujetos geniales que uno espera no mueran nunca. Era sentarse con él y escucharlo hablar con su gracia, su personalidad y sus anécdotas, para las cuales tenía memoria de computadora.
* La evolución. Hace años que vienen mejorando cada vez más, pero el Mundial lo reflejó a nivel de verdad sacrosanta: los arqueros de hoy son fenomenales. Es el puesto mejor cubierto del fútbol. Hay cantidad de buenos goleros, comenzando por Manuel Neuer y David De Gea (el español del Manchester United). Elásticos, arrojados, seguros, eficientes para jugar con los pies, parecen imbatibles. El puesto que más avanzó en este deporte.
* El escándalo II. La FIFA, cuya imagen está por el piso, acorralada por sospechas de corrupción, anunció pomposamente la creación del Comité de Ética, “que será totalmente independiente del Comité Ejecutivo y será presidido por juristas de prestigio internacional”. Se le pidió a este Comité de Ética investigar una posible corrupción en la designación de las sedes de Rusia 2018 y Catar 2022. Michael García, abogado norteamericano (ex director del FBI), titular de la Comisión de Investigación del comité, trabajó intensamente durante dos años, elevó un informe de cientos de páginas que sería comprometedor para muchos dirigentes y la propia FIFA y el mismísimo presidente del Comité se negaron a divulgarlo. En la semana, resignado, García renunció a su cargo y dio una conferencia de prensa. “Ningún comité independiente, investigador o panel puede cambiar la cultura de una organización”, dijo.
* La evolución. De la Copa Sudamericana, que finalizó con dos bonitas y multitudinarias finales entre River y Nacional de Medellín. Se la veía como una copita menor, pero este año fue incluso muy superior a la Libertadores. Se destacó el buen fútbol y el protagonismo de grandes clubes del continente.
* El final. Con la muerte de Julio Grondona se fue el hombre que tuvo durante más de 35 años al fútbol argentino y sudamericano en un puño. Gobernó a placer y de manera autocrática. Todo pasaba por él. Una gestión salpicada por manchas de todo tipo. También tenía enorme peso en las decisiones de la FIFA, de la que era vicepresidente senior y poseía enorme influencia sobre Joseph Blatter. Fue quien decidió, per se, que Argentina no asistiera a la Copa América de Colombia. Decisión que hizo tanto daño a la imagen de los argentinos. Se abre una etapa de ilusión en el fútbol albiceleste, sobre todo con la esperanza de que sea más democrático, limpio y justo.
* La improvisación. No fue una, sino varias, del Mundial 2014. Estadios sin terminar, campos donde se levantaba el césped y detalles de todo tipo. Lo maquilló la indiscutible buena onda de los brasileños, siempre tan cálidos, y el buen fútbol que imperó en la Copa.
* El campeón. Alemania. Hilvanó su cuarto título mundial con un fútbol siempre eficiente, pero más de toque y menos de potencia. “Los demás países nos habían igualado físicamente, para poder desequilibrar nosotros teníamos que mejorar la técnica”, dice Hartmut Scherzer, periodista germano que cubrió 14 Mundiales. Y vaya si mejoraron…
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